En un estudio publicado en la revista AIDS Research and Human Retroviruses, los investigadores explicaron que una mujer de 22 años tenía pruebas de enfermedad avanzada, aunque nunca había sido sometida a cirugías, transfusiones de sangre, piercings, tatuajes ni relaciones sexuales.
Según informó la mujer, la única conexión posible con el VIH ocurrió hace más de diez años, cuando compartió ciertos instrumentos de manicure con una prima, efectivamente infectada con VIH. Sin embargo, la mujer aclaró que en ese momento no sabía que su prima estaba infectada.
“Investigaciones posteriores revelaron que ambas mujeres portaban versiones del virus tan similares que apuntaban a un origen común”, según Live Science.
Aunque sí existe riesgo de contraer otras enfermedades por compartir instrumentos de manicure, hasta ahora este el primer caso conocido en el que se señala directamente al tratamiento estético como culpable de un contagio de VIH en el mundo.
Uriel Fense, director médico de asesoramiento y pruebas de VIH en el Centro de VIH/SIDA del Centro Médico Montefiore en Nueva York, cree que es poco probable que muchas personas se hayan infectado a través de esos modos de transmisión.
“El hecho es que la gente percibe erróneamente su riesgo todo el tiempo y hay una gran proporción de personas que tienen VIH y no lo saben porque no se dieron cuenta de que en realidad estaban en riesgo en algún momento”, agregó.
En el caso de la mujer en Brasil, la carga viral es especialmente alta pues al no saber que estaba contagiada, no tomó ningún medicamento contra el VIH.
Si la prima de la joven hubiera tomado estos medicamentos, la transmisión no hubiera ocurrido ya que lo que hacen estas medicinas es reducir la carga viral, y si se toman a tiempo es muy poco probable su contagio.
Por ejemplo, en el mundo una gran mayoría (85%) de las mujeres embarazadas o en periodo de lactancia con el VIH también estaban en tratamiento con antirretrovíricos, lo que no solo protege su salud, sino que también previene que transmitan el virus a sus hijos.
“Ahora sabemos que si se toma una medicación sostenible durante toda la vida y se llega a un punto en el que la (carga viral) es indetectable, ya no se puede transmitir la enfermedad sexualmente”, dijo Dakarayi Chigugudhio, un coordinador de pares de la Red de VIH/SIDA de Toronto al portal healthing.ca.
Según datos de la Organización Mundial de la Salud, el VIH, que continúa siendo uno de los mayores problemas para la salud pública mundial, se ha cobrado ya casi 33 millones de vidas. Se estima que, a finales de 2019, había 38 millones de personas con el virus.
A finales de 2019, se estima que el 81% de las personas con el VIH conocían su estado serológico. El 67% del total estaba en tratamiento antirretrovírico y el 59% había logrado suprimir el virus y, por tanto, el riesgo de infectar a otros.
Sin embargo, debido a las deficiencias en los servicios relacionados con el VIH, en 2019 murieron 690.000 personas por causas relacionadas con el VIH y 1,7 millones de personas se infectaron, según la OMS.
El VIH se puede diagnosticar mediante pruebas de diagnóstico rápido que pueden proporcionar resultados el mismo día. Cada vez se dispone de más autopruebas de detección del VIH. Las pruebas rápidas y las autopruebas de detección del VIH han facilitado el diagnóstico y la vinculación con el tratamiento y la atención de los pacientes.