Un estudio revelado este martes 21 de marzo prende las alarmas frente a los efectos secundarios de los llamados anticonceptivos hormonales, tras haber evidenciado que el uso de esto tiene efectos directos sobre el aumento del riesgo de desarrollar enfermedades cancerígenas, más precisamente el cáncer de mama.
Según el estudio publicado, del cual hacen eco los medios internacionales, si bien los resultados muestran que el riesgo de esa enfermedad aumenta ‘ligeramente’ por a la ingesta de medicamentos que contienen progestágeno, la invitación de los científicos fue poner la lupa sobre estos al considerar que son cada vez más consumidos.
De acuerdo con el resumen de la investigación, dado a conocer por los científicos a través de la revista especializada PLOS Medicine, la investigación invitan a sopesar los resultados, haciendo una balanza entre el aumento del riesgo de contraer estas enfermedades, y los ‘beneficios’ de los ejercicios o planes de anticoncepción que se basan en esos medicamentos.
Según la investigación, el resultado de este nuevo estudio evidencia que, al igual que lo ya probado frente a los anticonceptivos que mezclan progestágeno y estrógeno, el grupo de medicamentos referido también tiene el mismo efecto, aunque sean usados para la prevención de otro tipo de patologías.
Las alarmas frente a los resultados de este estudio se prenden debido a que se presenta una tendencia de aumento de anticonceptivos que emplean solo progestágeno; una tendencia que, según medios internacionales, se ha evidenciado en lo corrido de la más reciente década.
En ese mismo sentido, el resultado del examen explica que si bien este advierte sobre las posibilidades mayores del desarrollo de esta tipología de cáncer, el de mama, no se descarta que puedan existir otras patologías derivadas; no obstante, este estudio no ha versado sobre ellas en tanto no es su objetivo.
Según los resultados, en términos estadísticos, el uso de este tipo de anticonceptivos hormonales representa un aumento del riesgo de entre el 20 % y el 30 %, riesgo que está latente, independientemente de que se trate de píldora, DIU, implante o inyección.
Este estudio, según reporta la publicación científica, entró a reforzar una investigación ya realizada en los años 90, en el que se advertía de un riesgo similar.
En medio de las estadísticas reveladas, también se advierte que las mujeres que vienen consumiendo tratamientos anticonceptivos hormonales por espacio de cinco años, y que están ubicadas en el grupo etario de entre 16 y los 20 años, poseen un riesgo de desarrollo del cáncer de mama de ocho casos entre 100.000 mujeres; no obstante, el riesgo es aún mayor para el grupo etario comprendido entre 35 y 39 años, el cual presenta una tasa de desarrollo de la enfermedad de 265 casos por cada 100.000, mujeres.
En ese sentido, una de las autoras del estudio, la doctora Gillian Reeves, profesora de la Universidad de Oxford, reconoció que saben que no es grata la advertencia, pues muchas mujeres han encontrado en esta situación su respuesta al reto de la planificación familiar, y es importante que el método pueda seguir en uso, por lo que intenta mitigar la situación asegurando que si bien estos métodos de anticoncepción aumentan el riesgo de cáncer de mama, esta condición también sugiere otra clase de condiciones para desarrollarse.
En declaraciones citadas por la Agencia AFP, la coautora del estudio afirmó que “estos aumentos en el riesgo de cáncer de mama, por supuesto, deben verse en el contexto de lo que sabemos sobre los muchos beneficios de tomar anticonceptivos hormonales”, advirtiendo que estos no solo responden a ingestas para el control de natalidad, sino también frente al eventual desarrollo de otros cánceres femeninos, como el de ovario y el de endometrio.
Sobre las estadísticas del estudio, también se destaca que este se basó en el análisis de 10.000 mujeres menores de 50 años que desarrollaron cáncer de mama entre 1996 y 2017 en el Reino Unido, las cuales además presentaban ingesta de anticonceptivos con progestágeno.