Evo Morales inauguró el Museo de la Revolución Democrática y Cultural en Orinoca, su pueblo natal. Las exhibiciones muestran la historia de los movimientos sociales hasta 2006, cuando Morales se convirtió en el primer presidente indígena del país. Sin embargo, sus detractores afirman que su costo de 8 millones de dólares es excesivo e innecesario, especialmente por estar ubicado en una región en donde el 90 por ciento de la gente vive en la pobreza. Además, señalan que el inmueble da cuenta de la vanidad de Morales, cuyos objetos personales, estatuas, diplomas y fotografías son la principal atracción del museo. Estas críticas se suman a la pérdida de popularidad del mandatario por cuenta de sus escándalos de corrupción y por no aceptar los resultados de un referendo que le impide aspirar a la Presidencia por cuarta vez.