Evo Morales se declaró este jueves ganador de las disputadas elecciones presidenciales en Bolivia. El mandatario hizo el anuncio en una rueda de prensa en La Paz, en la que aseguró que con el 98% de los sufragios escrutados, logró la victoria con una ventaja de más de 600.000 votos sobre su rival, Carlos Mesa, quien ha denunciado "fraude electoral" y reclama la realización de una segunda vuelta.
Pese al anuncio de Morales, el Tribunal Supremo Electoral (TSE) de Bolivia todavía no ha ofrecido los resultados definitivos de los comicios. En estos momentos el presidente boliviano obtiene un 46,83% de los votos frente al 36,7 % de su rival. Morales necesita más del 40% de los votos y una ventaja superior a 10 puntos sobre Mesa para evitar una segunda vuelta. El TSE ha sido duramente cuestionado por la oposición y por organismos internacionales como la Organización de Estados Americanos (OEA) después de que el domingo pasado, día en el que se celebró la elección, suspendiera el conteo veloz de las actas de votación cuando el recuento era del 83%. En ese momento, Morales obtenía el 45% de los votos mientras Mesa alcanzaba el 38%, lo que obligaba a la celebración de una segunda vuelta. Tras 23 horas, la entidad electoral anunció al día siguiente nuevos resultados con más del 95% de votos contabilizados, otorgando entonces a Morales la ventaja de más de 10 puntos necesaria para triunfar en primera vuelta. Esto provocó que miles de partidarios del candidato opositor salieran a las calles a protestar, así como también se manifestaron aquellos en favor del presidente. Este miércoles, pocas horas después de que Evo Morales denunciara "un golpe de Estado" en su contra y animara a sus partidarios a salir a las calles, Carlos Mesa lo acusó de ser el responsable de un quiebre institucional en el país.
"Quien toma el control de todos los poderes y los concentra en uno solo de manera ilegítima, vulnerando la independencia de poderes, es protagonista de un golpe de Estado", afirmó el político. Mesa añadió que lo sucedido después de las elecciones del 20 de octubre "se está convirtiendo en un quiebre irreversible de la democracia" y llamó a mantener de forma permanente las protestas hasta que se confirme una segunda vuelta. Cuestionamientos Por su parte, la Misión de Observación Electoral de la OEA emitió este miércoles un contundente informe preliminar sobre el transcurso de las elecciones. El organismo internacional, que denunció en repetidas ocasiones la suspensión del recuento de votos del domingo, sostuvo que la segunda vuelta entre Morales y Mesa debería realizarse en todos los casos, incluso si Evo lograra más de 10 puntos porcentuales por encima del líder opositor. "En el caso de que, concluido el cómputo, el margen de diferencia sea superior al 10%, estadísticamente es razonable concluir que será por un porcentaje ínfimo. Debido al contexto y las problemáticas evidenciadas en este proceso electoral, continuaría siendo una mejor opción convocar a una segunda vuelta", sostuvo la OEA.
Según el organismo internacional, "la desconfianza en el árbitro del proceso electoral y la falta de transparencia de su accionar, así como la inequidad en la contienda y lo ajustado del desenlace de los comicios, han generado una alta tensión política y social". La misión de observadores añadió que la renuncia este martes del vocal del TSE Antonio Costas es "particularmente alarmante". "La renuncia debilita aún más la institucionalidad electoral (y) aumenta los niveles de desconfianza", concluyó la OEA.