El ex primer ministro François Fillon fue condenado este lunes a cinco años de cárcel, dos en firme, por un caso de empleos ficticios que empañó la campaña presidencial del candidato de la derecha en 2017. A esta condena de cárcel se suma una multa de 375.000 euros (423.000 dólares) y una pena de inhabilitación a cargos públicos por diez años. Su esposa, Penelope, que también fue declarada culpable por el tribunal correccional de París, fue sentenciada a tres años de cárcel en suspenso, una multa de 375.000 euros y dos años de inhabilitación a cargos públicos.
La pareja y el tercer acusado, Marc Joulaud, que fue suplente de Fillon como diputado de la Sarthe (oeste), tendrán también que reembolsar más de un millón de euros a la Asamblea Nacional, la cámara de diputados en Francia. El abogado de la pareja anunció que apelará la sentencia. "Vamos a apelar esta decisión injusta (...) habrá un nuevo juicio", dijo al salir de la corte Antonin Lévy. ‘Impunidad‘ y ‘cinismo‘ La sentencia fue pronunciada pese a las solicitudes de la defensa que pedía que se reabra el juicio alegando supuestas "presiones" sobre la fiscalía en el transcurso de la investigación realizada durante la campaña presidencial de 2017. Fillon, que era el gran favorito de la derecha para las elecciones presidenciales de hace tres años, fue eliminado de la carrera en la primera vuelta de los comicios después de que el semanario Canard Enchaîné revelara este caso. Entre 1998 y 2013, Penelope Fillon, de 64 años, recibió un total de 613.000 euros por un puesto de asistente parlamentaria de su marido, cuando este era diputado, y posteriormente de su suplente, cargo que según la acusación nunca ejerció.
Una parte de las acusaciones de malversación de fondos públicos, que se remontan a 1981, prescribieron. Pero, según los investigadores, entre 1998 y 2013 la pareja desvió más de un millón de euros. El ex primer ministro, de 66 años, se retiró de la política y actualmente trabaja en las finanzas. La acusación denunció en sus alegatos el "profundo sentimiento de impunidad" de Fillon, y el "cinismo" de "un hombre que hizo de la probidad una marca de fábrica".
Para el fiscal Aurélien Létocart el trabajo de la esposa de Fillon era tan "impalpable (y) anónimo" que ni siquiera se tomaba las bajas por maternidad ni vacaciones, ni se "ha encontrado ningún indicio" en los archivos que debía preparar para su marido y para los que "es incapaz" de ofrecer ejemplos precisos. Para la Fiscalía, las maniobras de "captación de los remanentes de dinero público" del presupuesto dedicado a colaboradores "fueron utilizadas desde el inicio de la carrera política de François Fillon" en 1981. Fillon, que denuncia un "complot" de la izquierda para eliminarlo de la carrera presidencial, asegura que su esposa, "su primera y más importante colaboradora" durante toda su carrera política, sí ejerció el empleo en cuestión.