En el marco de la guerra entre Rusia y Ucrania, un exconvicto ruso fue trasladado a su pueblo natal para que no volviera a la criminalidad, pero aprovechó la libertad para asesinar a una vecina.
Hace tres años, Ivan Rossomakhin fue declarado culpable de asesinato y sentenciado a prisión por sus actos. Sin embargo, en el marco de la invasión a Ucrania, la justicia lo liberó cuando se ofreció como voluntario para enlistarse en las tropas del grupo Wagner.
Por lo tanto, se le concedió la posibilidad de retornar a su pueblo Novy Burets, bajo el monitoreo constante de las autoridades. El exrecluso hizo parte por seis meses de las tropas de Wagner sirviendo contra Ucrania.
El recluso aseguró que mostraría un comportamiento ejemplar durante su reintegro a la sociedad. Sin embargo, según lo revelado por The Associated Press (AP), todo quedó en promesas y Rossomakhin volvió a la criminalidad. Las autoridades lo capturaron luego de encontrarlo culpable del asesinato de una anciana de 85 años a puñaladas. El convicto, de 28 años de edad, la buscó para alquilar una habitación y luego matarla.
Frente a la Policía, declaró que cometió el acto diez días después de su salida de prisión.
El sujeto no fue bien recibido en el pueblo. La Policía aseguró que los habitantes indicaron que él fue visto como una persona extremadamente inquieta y problemática. Por medio de una publicación de Facebook, Anna Pekareva, nieta de la víctima, dijo que “ella lo conocía y abrió la puerta, cuando él vino a matarla. Cada familia en Rusia debe tener miedo a tales visitantes”.
Los relatos locales informaron que Rossomakhin estuvo haciendo amenazas contra los demás vecinos del pueblo. El residente Galina Sapozhnikova afirmó que vio al exconvicto sosteniendo una horca, un hacha y un cuchillo para atemorizar a la población.
Por otro lado, la AP informó que este caso no es el primero del que se tiene conocimiento. En los últimos meses han encontrado que al menos otras siete personas eran prisioneros que fueron liberados para seguir las órdenes del grupo paramilitar. El líder del Wagner, Yevgeny Prigozhin, afirmó que había reclutado a más de 50 mil convictos para hacerles frente a las tropas ucranianas.
Los reclusos que aceptan unirse al grupo privado reciben el beneficio de la libertad luego de prestar el servicio a favor de Rusia. Olga Romanova, directora del grupo de derechos de los presos Russia Behind Bars, señaló: “La gente forma una completa ausencia de un vínculo entre el crimen y el castigo, un acto y sus consecuencias. Y no solo los convictos lo ven. La gente libre también lo ve: que puedes hacer algo terrible, inscribirte en la guerra y convertirte en un héroe”.
La región de Novy Burets se ha caracterizado por los hechos de violencia presentados constantemente. Aparte del crimen cometido por Rossomakhin, las autoridades reportaron un robo a una tienda donde el vendedor fue amenazado con un cuchillo, el hurto de un automóvil tras golpear al dueño, una agresión sexual a dos estudiantes de colegio y dos asesinatos. Lo preocupante es que la mayoría de estos hechos han sido perpetrados por exconvictos que tuvieron el beneficio de la libertad.