Arabia Saudí ha estado recientemente en el ojo del mundo árabe no solamente por su posición estratégica en Oriente Medio, ni por sus alianzas internacionales con Estados Unidos, sino por un posible tratado de paz que, con mediación de la ONU, se pueda dar entre los rebeldes hutíes y el gobierno de Yemen, dada la visita del enviado especial de Naciones Unidas para Yemen, Hans Grundberg, en territorio saudí, relató Infobae.
Grundberg ha sido un reconocido diplomático por su destacado trabajo en Yemen con el fin de restablecer la paz en esta nación árabe tras estallar la violencia en 2014 debido al enfrentamiento entre el gobierno nacional y lo hutíes, un grupo rebelde que no reconoce el poder del Ejecutivo del país asiático.
Por tal motivo, la llegada del diplomático a territorio saudí se ha catalogado como esperanzadora por la prensa regional e internacional ya que se podrían estar ultimando detalles para ratificar un acuerdo de paz que permita la estabilidad política y social en territorio yemení, estando Arabia Saudí involucrada en dichos acuerdos.
“En este período crítico, Yemen necesita apoyo regional e internacional concertado para avanzar en el camino hacia la paz y el desarrollo sostenible”, expresó Grundberg en un comunicado oficial divulgado por parte de la oficina del enviado especial de la ONU por voluntad del secretario general de organismo, António Guterres.
La visita de Grundberg a Riad también se ha visto marcada como histórica debido a que algunos integrantes de los hutíes han llegado a Arabia Saudí en marco de negociar el fin del conflicto, un hecho que no se había dado desde 2014 cuando inició el conflicto que ha dejado cerca de 380 mil muertos, según las estimaciones más recientes de la ONU.
¿Una victoria regional a la vista?
El sur de la península arábiga se ha vuelto un bastión de guerra a comparación de la relativa paz y desarrollo con el que viven otras naciones de la región, como los Emiratos Árabes Unidos, Qatar, Bahréin, Kuwait, Omán y Arabia Saudí, siendo los dos últimos los más interesados en que la escalada de violencia se detenga en Yemen debido al riesgo latente en la frontera que esta nación comparte con Riad y Mascate.
Por ende, tanto Omán como Arabia Saudí, y la ONU, han estado trabajando por recobrar la paz en territorio yemení, no obstante, la injerencia de Irán, al apoyar a los rebeldes, ha dificultado el proceso para ponerle fin al conflicto civil que el próximo año estaría por cumplir una década. La población civil sería la más beneficiada por un tratado de paz entre los hutíes y el gobierno debido a que la crisis humanitaria, alimentaria y social que vive gran parte de la nación.
La división de apoyo que se presenta en Yemen por parte de los saudíes hacia el oficialismo y los iraníes hacia los rebeldes, enfatiza el poder que Riad y Teherán enmarcan en la región. Asimismo, países como Siria y Líbano cuentan con un fuerte apoyo por parte de Irán mientras Emiratos Árabes Unidos y Egipto se relacionan más con la saudíes. Por su parte, Omán y Jordania se mantienen alejados de las divisiones políticas en Oriente Medio a pesar de que abogan por el fin del conflicto civil tanto en Yemen como en Palestina, otro conflicto que recibe más atención a nivel internacional.
Los saudíes también estarían cerca de lograr un acuerdo de normalización de relaciones con Israel, lo que podría causar un serio remezón político en la región liderado por Irán, dado el recelo que han tenido por más de 70 años algunas naciones árabes y musulmanes de reconocer al estado hebreo.