En Colombia y en diferentes países del mundo se ha aprobado la aplicación de refuerzo de una tercera dosis de inmunización contra la covid-19. Esta depende del tipo de vacuna y la edad de las personas. Con el objetivo de vacunar a todos los grupos poblacionales, la farmacéutica estadounidense Pfizer ya envió la solicitud al Instituto Nacional de Vigilancia de Medicamentos y Alimentos (Invima) para que sea aprobada el uso de su vacuna contra el coronavirus en menores entre los cinco y once años.

Sin embargo, recibir una sola dosis no ha sido suficiente y los interrogantes en relación con las vacunas de refuerzo cada vez son más latentes, por lo que muchas personas necesitan una posible explicación de lo que pasa en el cuerpo y cómo la inmunización es recibida por el sistema inmunológico.

El profesor asistente de microbiología en el Instituto Blavatnik de la Facultad de Medicina de Harvard y especialista en enfermedades infecciosas del Hospital Brigham and Women’s, Jonathan Abraham, conversó con The Harvard Gazette en una entrevista y dio a conocer su punto de vista en relación con los refuerzos de las vacunas contra el coronavirus.

En primera instancia, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC) advierten que:

“Los estudios demuestran que después de vacunarse contra el coronavirus la protección contra el SARS-CoV-2 y la capacidad de prevenir la infección por nuevas variantes se reducen con el tiempo. Los datos de los ensayos clínicos revelaron que una dosis de refuerzo de la vacuna contra la covid-19 de Pfizer-BioNTech es efectiva para proteger contra la covid-19, lo que se suma a otras evidencias que demuestran que una dosis de refuerzo puede resultar mucho más efectiva en comparación con el esquema principal de vacunación”.

Para Abraham, una dosis de refuerzo tiene que ver con el aumento de los niveles de respuesta inmunitaria después de su disminución natural. “Un refuerzo engaña al sistema inmunológico haciéndole pensar que está viendo de nuevo un patógeno, por lo que las células productoras de anticuerpos y otras células inmunitarias se activan”, señaló el especialista. Además, en ese sentido, los anticuerpos pueden aumentar por medio de un proceso -que lleva el nombre de maduración por afinidad de anticuerpos-; “nuestro sistema inmunológico aprende a hacer un mejor trabajo para reconocer un patógeno y producir anticuerpos que se unen más estrechamente a su objetivo. Para el virus SARS-CoV-2, por ejemplo, los anticuerpos madurados por afinidad pueden ser más eficaces para reconocer variantes con mutaciones múltiples”, agregó este experto de Harvard.

Desde luego, la tercera vacuna contra la covid-19 se puede efectuar por varias razones: depende del paciente, su historia clínica, edad y otras características que lo comprometen a inmunizarse nuevamente. Para la patóloga pediátrica Marta Cohen, hay una confusión en las personas, pues se supone que la tercera dosis se debería aplicar seis meses después de la segunda dosis.

Expertos aseguran que aplicarse una nueva dosis de refuerzo contribuye al sistema inmunológico ya que eleva su respuesta en el organismo. De igual manera, con el refuerzo, se puede disminuir la tasa de mortandad producida por el virus; de allí que varias naciones hayan tomado la iniciativa no solo de aplicar refuerzos, sino también de combinar los fármacos.

La nueva variante está causando un nuevo pánico económico en el mundo | Foto: Libre de derechos

El profesor y especialista de Harvard expresó que las vacunas son efectivas para prevenir el riesgo de muerte e infección. No obstante, advirtió que las inmunizaciones “no son 100 % efectivas para detener la adquisición y transmisión del virus. Particularmente, en áreas con altas tasas de infección debido a la baja absorción de la vacuna, las personas vacunadas tienen más probabilidades de estar expuestas al virus y contraer una infección irruptiva. Con esto en mente, especularía que debido a las variantes altamente transmisibles, necesitaremos refuerzos periódicos durante los próximos años. Durante ese período de tiempo, el uso de una cepa de vacuna actualizada puede ser prudente porque es poco probable que volvamos a ver la cepa de vacuna original, ya que prácticamente se ha extinguido”.

En la entrevista, el especialista también dijo que “para algunos patógenos -gérmenes-, tener respuestas inmunes preexistentes y preparadas, por ejemplo, en forma de niveles de anticuerpos medibles, es fundamental para la eficacia. Entonces, como los niveles de anticuerpos disminuyen naturalmente con el tiempo, se requiere un refuerzo”.

“Para otros patógenos, como el virus de la hepatitis B, es probable que completar la serie de tres inyecciones de inmunización brinde protección de por vida, por lo que los niveles de anticuerpos medibles no se controlan de manera rutinaria. Pero, si el riesgo de infección es mayor, por ejemplo, para los trabajadores de la salud, puede ser importante verificar los niveles de anticuerpos al menos una vez y administrar un refuerzo si se encuentra que los anticuerpos son bajos. Entonces, la decisión de impulsar o no impulsar es multifactorial y, en última instancia, se basa en estudios y experiencia”, añadió.

Es importante mencionar que la proteína del SARS-CoV-2 cambie y mute por lo que, con el pasar del tiempo, puede que se necesiten más refuerzos de vacunas.