Los terremotos son parte de la cotidianidad del planeta tierra, desde pequeños temblores apenas captados por la tecnología geológica hasta los grandes sismos como los ocurridos en Indonesia, Japón o Chile, son desastres naturales que no se pueden evitar, aunque sí prevenirse para que su impacto no sea tan poderoso.
No obstante, existen zonas a lo largo del planeta que son más propensas a sismos que otras, por lo que el conocimiento y llamados de alerta de los científicos son necesarios para escatimar en primera instancia pérdidas humanas y, en modo secundario, materiales.
El terremoto más fuerte jamás registrado por la humanidad ocurrió el 22 de mayo de 1960 en Valdivia, Chile, presentando una magnitud de momento de 9.6, el cual duró cerca de 15 minutos y dejó un saldo de poco menos de dos mil muertos.
El posterior tsunami, que llegó hasta Japón, provocó olas de hasta seis metros, dejando víctimas mortales a su paso. Este maremoto también llegó hasta Nueva Zelanda, Hong Kong, y a la Península de Kamchatka, en menores proporciones. Sin embargo, este terremoto pasaría al segundo lugar ya que, de acuerdo con varios estudios, otro mega terremoto podría pasar en cualquier momento, pero esta vez, al norte del continente.
De acuerdo a un estudio realizado por un grupo de científicos de la Universidad de Washington, existe una grieta en el Océano Pacífico llamada Pythias Oasis la cual, aunque se ubica en las profundidades del océano, puede provocar un mega terremoto de mínimo una magnitud de 9°, y el cual podría sentirse con gran intensidad en Canadá, Estados Unidos y México.
Esta grieta cuenta con una baja salinidad y altas temperaturas que fluyen a través del lecho marino a casi un kilómetro de profundidad. Lo destacado del caso, es que gracias a este fluido se suavizan los movimientos de las placas tectónicas, no obstante, si se agota, o se baja el nivel, podría provocar un mega terremoto.
Las ciudades más afectadas por este mega terremoto serían las ubicadas en la costa de Pacífico como Vancouver en Canadá, Anchorage, San Francisco, Los Ángeles y San Diego, en Estados Unidos, y Puerto Vallarta, Acapulco, Cabo San Lucas y Mazatlán en México.
Debido a que los sismos no se pueden prever, las autoridades competentes instan a la población a estar preparados para afrontar este, o varios sismos, con rapidez y la máxima tranquilidad posible, llevando consigo un botiquín y siguiendo las recomendaciones por parte de las autoridades de emergencias.
En el caso de México, uno de los países americanos con mayores movimientos telúricos, existen los simulacros de evacuación con los cuales preparan a la población en caso tal de que un sismo tenga lugar.
Los terremotos más potentes que ha podido registrar la humanidad han tenido lugar en las costas del Pacífico gracias al conocido ‘Cinturón de fuego del Pacífico’ que es un lugar en donde se mueven constantemente varias placas tectónicas, provocando terremotos de magnitud de momento 9.1 registrado en Japón en 2011, de 9.3 en Indonesia en el año 2004, de 8.3 en Alaska en 1952 (El cual generó una ola de 520 metros provocando un mega tsunami), y el de Valdivia anteriormente mencionado.
La comunidad científica hace un llamado a no ser alarmistas en estos casos; sin embargo, se considera de importante responsabilidad dar a conocer estas estimaciones y estudios a la comunidad en general, con el fin de que los gobiernos de las naciones que estarían afectadas por este mega terremoto estén preparadas para el momento del sismo, con el fin de mitigar al máximo los decesos y contar con los equipos adecuados de rescate.