Este jueves, un panel asesor de la Administración de Drogas y Alimentos de los EE. UU. (FDA) aprobó la autorización de emergencia para la inyección de refuerzo de la vacuna de media dosis de Moderna para determinadas poblaciones, un mes después de tomar la misma decisión respecto al inmunizante de Pfizer.
La opinión de este comité consultivo de la FDA –compuesto por investigadores, epidemiólogos y especialistas en enfermedades infecciosas– no es vinculante, pero es inusual que la agencia no la siga.
Tras una jornada de debate, los expertos acordaron autorizar la administración de una dosis de refuerzo de Moderna a tres categorías de personas: los mayores de 65 años, los que tienen alto riesgo de desarrollar una forma grave de la enfermedad y aquellos cuyo trabajo o situación implique una exposición “frecuente” al virus.
Esta última categoría incluye a trabajadores de supermercados, trabajadores de la salud, presos y personas sin hogar.
Se tomaron las mismas definiciones para la aprobación de la tercera dosis de Pfizer.
Este refuerzo puede administrarse a partir de seis meses después de la segunda inyección de la vacuna Moderna. La dosis es de 50 microgramos, la mitad de lo que contienen las dos primeras inyecciones.
En su presentación ante el comité, una representante de Moderna argumentó que la dosis de refuerzo ayudaría a combatir la variante delta en un momento en que la vacuna es cada vez menos eficaz contra las infecciones y los casos leves de la enfermedad, aunque sigue siendo eficaz contra los casos graves.
El comité debe reunirse de nuevo el viernes, esta vez para asesorar a la FDA sobre la conveniencia de una dosis de refuerzo de la vacuna de Johnson & Johnson.
También se debatirán los resultados de un estudio publicado esta semana en el que se analiza la posibilidad de utilizar, para la dosis de refuerzo, una vacuna diferente a las de la serie inicial de inyecciones. Esto es algo que no está permitido actualmente en Estados Unidos.
El estudio sugiere que las personas que recibieron la vacuna de Johnson & Johnson podrían beneficiarse de recibir una dosis de refuerzo de una vacuna de una tecnología diferente, como las de ARN mensajero.
Casi 15 millones de estadounidenses han recibido una dosis de la vacuna de Johnson & Johnson, y casi 70 millones están totalmente vacunados con Moderna.
Si la FDA autoriza oficialmente las dosis de refuerzo de ambas vacunas, un comité de expertos de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) tendrá que emitir su propio dictamen la próxima semana, en una reunión prevista para el miércoles y el jueves.
Teniendo en cuenta ello, los CDC publicarán recomendaciones específicas para estas inyecciones, que serán utilizadas por los profesionales sanitarios que las administren.
Opinión de la OMS
Esta semana también se conoció que un comité de expertos de la OMS recomendó que se administre una dosis adicional de cualquiera de las vacunas anticoronavirus homologadas por esta agencia de la ONU a personas “moderada o gravemente inmunodeprimidas”.
El mismo comité indicó que también habría que administrar una tercera dosis a personas mayores de 60 años vacunadas con los inmunizantes de las empresas chinas Sinovac y Sinopharm.
Esa tercera dosis puede ser de otra vacuna de otro tipo, precisó el Grupo Estratégico Consultivo de Expertos (SAGE) de la OMS, en una rueda de prensa.
Sin embargo, las autoridades sanitarias en varios países del mundo han anunciado la aplicación de la dosis de refuerzo. Es el caso de Portugal, que anunció que este jueves comenzará a suministrar una tercera dosis de la vacuna contra el coronavirus a los mayores de 80 años, de acuerdo con el pronunciamiento de la directora general del Ministerio de Salud, Graça Freitas.
En una entrevista para RTP, la televisión pública portuguesa, confirmó que será la vacuna de Pfizer la elegida para esta tercera dosis de refuerzo, a la espera de que las autoridades den el visto bueno también a Moderna.
*Con información de la AFP.