La expresidenta de Bolivia Jeanine Áñez (2019-2020), presa desde marzo de 2021 y en huelga de hambre desde el 9 de febrero, seguirá en prisión preventiva al menos tres meses más, según una decisión judicial.
“La solicitud de ampliación de la detención preventiva es atendible por el plazo de tres meses”, resolvió durante una audiencia virtual el juez Décimo de Instrucción en lo Penal, Armando Zeballos.
“Me siguen castigando a gusto de mis verdugos. El caso de terrorismo no existe, nada prueban desde que me secuestraron. Soy inocente”, tuiteó la exmandataria derechista tras la audiencia.
El juez argumentó que “hay actos investigativos pendientes” y que el caso es “complejo” en el fallo que la defensa apeló.
Áñez, de 54 años, se define como “presa política” e inició una huelga de hambre en la víspera de su enjuiciamiento por su supuesta participación en un golpe de Estado contra su predecesor, el izquierdista Evo Morales (2006-2019).
Se le imputa haber asumido la Presidencia de manera inconstitucional en noviembre de 2019 tras la renuncia de Morales en medio de protestas multitudinarias por un supuesto fraude electoral denunciado por la Organización de Estados Americanos (OEA).
La decisión judicial ocurrió mientras una misión de Naciones Unidas invitada por el gobierno del izquierdista, Luis Arce, evalúa la independencia de la justicia boliviana.
El relator especial de Naciones Unidas sobre la Independencia de los Magistrados y Abogados, Diego García-Sayán, señaló el domingo pasado 13 de febrero que abordaría cuestiones “relacionadas con la estructura, organización y funcionamiento independiente e imparcial del poder judicial, los fiscales, y el ejercicio de la profesión jurídica”.
El abogado, expolítico peruano y expresidente de la Corte Interamericana de Derechos Humanos llegó por invitación del gobierno del Movimiento al Socialismo (MAS) y permanecerá en Bolivia hasta el 22 de febrero.
García-Sayán tendrá encuentros “con varios sectores de la sociedad civil, entre ellos sectores de la oposición y seguramente con los abogados de Áñez”, informó el viceministro de Justicia, César Siles.
Cabe recordar que Jeanine Áñez se descompensó el jueves 17 de febrero durante una audiencia judicial para pedir el cese de su detención preventiva.
“La señora está completamente mal, está temblando. No se puede ni siquiera parar: si lo hace, se desmaya”, dijo su abogada Norka Cuéllar, mientras Áñez era atendida en la cárcel de La Paz donde está recluida.
Ante la situación, el juez reprogramó la audiencia virtual y un médico que visitó a la exmandataria derechista antes de la audiencia informó que “está delicada”, pero que “no amerita una internación”. “Ella definirá si continúa con su huelga de hambre”, agregó.
El expresidente Carlos Mesa (2003-2005) intentó visitar a Áñez en la cárcel tras el incidente, pero se le negó la entrada.
“Le quiero pedir respetuosamente a la expresidenta Jeanine Áñez que levante la huelga de hambre. Está poniendo en riesgo su vida y ella tiene que tener la esperanza de que se haga justicia”, dijo el líder opositor en la puerta del penal.
“Nadie está diciendo que no se someta a un juicio, cualquiera que este sea, pero que se someta a un juicio en condiciones de equilibrio, en condiciones de una justicia independiente, que en este momento no existe”, añadió.
Áñez fue finalista del premio Sájarov de defensa de los derechos humanos y de libertad de pensamiento, que entrega el parlamento europeo, pero finalmente este fue otorgado al opositor ruso encarcelado Alexéi Navalni.
*Con información de AFP.