La fundadora del Proyecto 1619, Nikole Hannah-Jones, aseguró recientemente que “todo periodismo es activismo”, en defensa sobre lo que fue su polémica reinvención de la historia de los Estados Unidos.
Al respecto, CBS News habló con la reportera y le preguntó acerca de su trabajo para The New York Times Magazine y, particularmente, acerca de la reacción violenta contra The 1619 Project.
Este proyecto fue lanzado en agosto de 2019, en conmemoración del aniversario 400 de la llegada de los primeros africanos esclavizados a la Virginia colonial, lo que le permitió a la periodista ser la ganadora del Pulitzer, pese a que según los críticos está lleno de inexactitudes históricas y retrata a Estados Unidos como, fundamentalmente, racista.
Al respecto, Hannah-Jones afirmó estar orgullosa del impacto que tuvo su trabajo. “Todo periodismo es activismo”, dijo.
“Cuando miras el modelo de The Washington Post, ¿verdad? ‘La democracia muere en la oscuridad’, esa no es una posición neutral. Pero nuestros métodos de información tienen que ser objetivos. Tenemos que tratar de ser justos y precisos. Y no sé cómo puedes ser justo y preciso si finges públicamente que no tienes sentimientos sobre algo que claramente haces”, afirmó.
Lo dicho por la reportera ocurrió después de que The New York Times la cuestionara sobre su propia postura de izquierda.
Al tiempo, Bari Weiss, un exescritor del periódico, describió en junio de este año a esta reportera como “periodistas activistas que tratan el periódico como la cafetería de una escuela secundaria”.
Esto fomenta “la rabia, la polarización, la desconfianza”, lo que traiciona sus valores. Posteriormente, ella renunció al medio de comunicación a través de una carta en la que denunciaba haber sido víctima de acoso en un ‘ambiente antiliberal’.
Del mismo modo, Hannah-Jones ha sido criticada después de que dijera en 2019 que Cuba está en el listado de los países ‘más iguales’ del mundo, debido a su gobierno socialista. “El país multirracial más equitativo de nuestro hemisferio sería Cuba”, agregó.
Este fin de semana, volvió a generar polémica después de que se desatara una oleada de protestas en la isla por parte de los ciudadanos en contra de su régimen.
Al respecto, para el régimen, el gran argumento del gobierno cubano para explicar las históricas manifestaciones del 11 de julio es que todo es una campaña orquestada en Twitter desde Estados Unidos para desestabilizar gobierno.
“Tengo pruebas irrebatibles de que la mayoría de los usuarios que participaron en esta campaña se encontraba en EE. UU. y que utilizó sistemas automatizados para la viralización de los contenidos, sin ser penalizados por la red social Twitter”, aseguró el martes el ministro de Relaciones Exteriores, Bruno Rodríguez.
Para el ministro, estas protestas, en las que miles de cubanos se manifestaron al grito de “libertad”, “tenemos hambre” y “abajo la dictadura”, no fueron un “estallido social”, sino el resultado de una “guerra de comunicación y de información contra Cuba”.
¿Y el gran culpable? La etiqueta #SOSCuba, lanzada a comienzos de julio para alertar sobre la grave situación sanitaria en la isla, que enfrenta un aumento de los casos de coronavirus, y para demandar ayuda humanitaria desde el exterior.
Para Julián Macías, experto español en redes sociales, invitado el martes a un programa de la televisión estatal cubana, hay muchos números extraños alrededor de esta palabra clave. “Entre el día 5 de julio, cuando se empezó a usar el hashtag #SOSCuba, y el 8, se pusieron unos 5.000 tweets” con esta mención, le explicó Macías a la AFP.
Y no paró de crecer: 100.000, el día 9; 500.000, el 10; 1,5 millones, el 11; dos millones, el 12, explicó, después de un análisis.