Las dos profesionales de la salud estuvieron trabajando en la primera línea del brote del coronavirus en Wuhan, cuando cayeron en cama en el mismo hospital, debido a la gravedad de sus síntomas. Ambas empezaron a tener fiebre y dificultad al respirar, por lo que en cuestión de semanas habían pasado de ser las encargadas de tratar el virus a pacientes con coronavirus en estado crítico, a ser atendidas por los síntomas.

Hacia mediados de enero del presente año, Xia estaba atendiendo a una paciente de 76 años de quien se sospechaba que tenía coronavirus y días después, exhausta y sintiendo presión en el pecho, empezó a tener fiebre de 38,8 grados Celsius. Por otro lado, a Deng, la enfermera los síntomas empezaron por náuseas, mareos y luego por fiebre de 37,7 grados Celsius. Cabe resaltar que el síntoma más común y preocupante del coronavirus es justamente la presencia de la fiebre, que ha sido concurrente en el 90% de los pacientes. Asimismo, la quinta parte de las personas han experimentado dificultades para respirar, incluyendo la tos y la congestión.

Al notar estos primeros síntomas, las dos mujeres decidieron asistir al médico para ser sometidas a exámenes, en los que dieron positivo para coronavirus, entrando así en cuarentena y hospitalización de inmediato, pues presentaron daño en sus pulmones y la presencia de inflamación alrededor de sus vías respiratorias. Después de varios tratamientos y cuidados médicos, a principios de febrero Xia dio un diagnóstico negativo en dos ocasiones para coronavirus, lo que indicaba que su estado de salud estaba respondiendo bien al tratamiento dado durante la cuarentena, por otro lado Deng cayó en declive y su fiebre iba en aumento a 38,5 grados, disminuyendo su ritmo cardíaco aproximadamente a 50 latidos por minuto. Pero la sorpresa se la llevó Deng, cuando hacia el 15 de febrero, tras muchos cuidados médicos, le hicieron una prueba en la garganta que salió negativa para el coronavirus y tres días después pudo irse a casa.

“Me sentí como un pajarito”, recordó. “Había recuperado la libertad”. Pero la misma suerte no amparó a Xia, quien, a pesar de los esfuerzos de los médicos empeoraba; sus pulmones estaban muy afectados por el coronavirus, lo cual le ocasionó un colapso y daños irreversibles, pues su cerebro necesitaba más oxígeno para que todo su cuerpo pudiera funcionar de manera normal. El 23 de febrero Xia SisiCredit murió, a causa del estado crítico de su salud, causado por el covid-19.