Cada vez se acerca más la fecha de la próxima coronación del actual monarca británico Carlos III, quien por fin será coronado el próximo 6 de mayo de 2023 en una ceremonia solemne que seguramente seguirá el ejemplo de la que tuvo su madre, la fallecida Isabel II, quien fue la primera en dejar que su coronación fuera televisada por los medios del mundo, iniciativa del príncipe Felipe de Edimburgo, padre de Carlos.
Dicha celebración es histórica, pues aunque muchos ya no crean en la monarquía y vean estos eventos como un despilfarro de dinero de los contribuyentes británicos, al final de cuentas es algo que sucede muy rara vez en la historia, lo que ha hecho reflexionar al mismo monarca y lo ha llevado a tomar una decisión muy aplaudida por muchos, pero reprochada por los más fieles a la realeza: invitar a su hijo menor, el príncipe Harry, y a su esposa, Meghan Markle.
Esta información la publicó el Daily Mail, citando a una fuente cercana del monarca, quien aseguró que a pesar de todas las rencillas y disputas que hay entre los duques de Sussex y el resto de la familia real, “Harry es su hijo y siempre lo amara, no importa qué”, dejando claro que la familia siempre será lo más importante, independientemente de los conflictos que haya entre ellos.
Hay un detalle que une a los Sussex con la coronación y es la fecha, exactamente el día del cumpleaños del primogénito de Harry y Meghan, Archie, quien el próximo año cumple sus 4 años y, al parecer, le va tocar celebrarlos en su país natal, Inglaterra, pues el que sus padres rechacen la invitación se vería muy mal y es una publicidad muy cara que los duques no querrían pagar, ahora que están en el ojo del huracán por tirarle todo el agua sucia a la familia Mountbatten Windsor, más específicamente a su hermano William, a quien tenía que proteger mintiendo sobre su vida, según el documental que ya está en Netflix.
Sin embargo, la fecha no tuvo nada que ver con los Sussex; de hecho, la elección de ese día específicamente es dada por razones más políticas que familiares. “Se eligió la fecha porque es justo antes de la apertura estatal del Parlamento y Carlos querrá aparecer como rey con su corona y toda la ceremonia (refiriéndose a sus túnicas)”, afirmó Tom Bower, autor de Revenge: Meghan, Harry, and the War Between los Windsor, el pasado octubre.
Esta noticia se adhiere a la seguidilla de novedades que rodean a la familia real británica, que está pasando por un momento turbulento desde que se murió Isabel II, la mujer que mantenía la estabilidad de la monarquía más famosa y mediática del mundo, puesto que ella pocas veces se vio envuelta en escándalos y siempre terminaba dando un parte de tranquilidad ante cualquier situación.
Pero meses después de morir, su familia entró en una crisis que, al parecer, no tiene cómo resolver, todo detonado por los Sussex, a quienes les quieren quitar sus títulos por todo lo que dijeron en su documental, tal como lo expresó el editor y periodista británico Piers Morgan, a través de Twitter: “el rey Carlos necesita despojar a estas dos ratas venenosas de todos los títulos y lazos restantes con la familia real y debe hacerlo rápido antes de que destruyan la monarquía”.
Aun así, el actual rey quiere hacer las cosas bien y quedar aún mejor ante un mundo que ahora sí pone toda la atención en él, algo que siempre anheló, pero que obtuvo muy tarde, cuando él ya no tiene toda la vitalidad ni los recursos para acomodar a su antojo, además que el fantasma de Diana aún lo persigue y ese capítulo de su vida todavía está latente en millones de súbditos, que aún no le perdonan a Carlos su infidelidad con Camila Parker-Bowles, ahora reina consorte de Inglaterra.