Decirle a un presidente de república, a un ministro, político, sindicalista, o cualquier personaje público que mintió en un discurso, o que su afirmación es engañosa o verídica, es un reto que Chequeado ha asumido durante ocho años. Fueron la primera organización que empezó a hacer verificación de datos en Latinoamérica. Se trata de un método periodístico riguroso que busca evaluar la veracidad de un discurso. En pocas palabras ver si los personajes públicos dicen o no la verdad. Decirle a un poderoso que miente no se puede hacer a la ligera, pero si se hace bien se convierte en una herramienta muy valiosa en una democracia.

SEMANA habló con Pablo Fernández, editor de innovación de Chequeado, quien participó en el "Facebook Journalism Project", sobre la función que cumple el chequeo de datos en los países Latinoamericanos que en este 2018 pasarán por elecciones presidenciales y legislativas, y en los que las noticias falsas son un virus difícil de detener.SEMANA: Ustedes fueron el primer medio en Latinoamérica en hacer chequeo de datos. ¿Cómo ha sido el proceso para que las personas les crean aun cuando no estaban acostumbradas a esa forma de periodismo?Pablo Fernández: Al principio fue muy difícil, parte de lo que hicimos fue buscar alianzas en otros medios con más tiempo de recorrido. Ellos republicaban nuestro material y nos invitaban a columnas en radio. Después nos enfocamos en no equivocarnos, o hacerlo lo menos posible. Y si nos equivocamos repararlo y poner la actualización en la nota. Tratamos de ser lo más confiables posible y hacer alianzas.SEMANA: ¿Para qué le sirve a los ciudadanos que se haga chequeo de datos?P. F. : Para saber si lo que están diciendo los representantes y es verdadero o no, o es engañoso o inexacto. En algunos casos nos usan como una herramienta cuando quieren corroborar si algo es falso.SEMANA: ¿Cómo les va con los políticos a los que chequean?P. F. : Depende de cada político. En términos generales tenemos una buena relación. A nadie le gusta que le digan que miente, pero en algunos casos lo han reconocido públicamente porque dicen que entendieron mal. Nadie dice que miente a propósito. Cuando hay una calificación negativa muchas veces nos llaman para saber por qué, y se lo explicamos. Parte de la idea de que el método sea tan detallado es que este blindado y que cuando lo expliquemos tenga sentido.El método: 1.Seleccionar una frase chequeable 2.Ponderar su relevancia 3.Consultar a la fuente original 4.Consultar a la fuente oficial 5.Consultar fuente alternativas 6.Poner en contextoSEMANA: ¿Han encontrado algún rechazo específico?P. F. : Cuando publicamos algún dato sobre el oficialismo, y la calificación es negativa no les gusta, si es positiva no le gusta a la oposición, y viceversa. Es normal, no es nada grave.SEMANA: ¿Cuando los políticos saben que pueden ser chequeados mienten menos?P. F. : Sí mienten menos, no pasa con todos, pero pasa. No les gusta quedar como que mienten, quizás antes nadie lo decía de una manera tan clara. Tiene que ver con que nos respetan y le prestan atención a eso. Algunos incluso se han retractado.SEMANA: En época electoral hay mucha polarización e información que puede ser mentira, ¿cómo lo han manejado en Argentina?P. F. : Lo que hacemos es acotar qué queremos cubrir, porque no podemos cubrir todo y definirlo para enfocarnos. No abarcar más de lo que podemos y hacerlo bien.SEMANA: Como sabe en Colombia estamos en época electoral, ¿cómo cree que el chequeo de datos ayude en este momento?P. F. : Proyectos como los que hay ahora como Colombia Check, La Silla Vacía y los que vengan, me parece que le suman a cualquier democracia, porque se trata de tener alguien que sigue de cerca lo que se dice en el discurso público. Es una herramienta positiva que una enorme cantidad de países tienen.SEMANA: En este tiempo de noticias falsas y cadenas de Whatsapp, ¿cómo hacen para llegarle a esas personas que las creen?P. F. : Desde el 2013 chequeabamos ese tipo de información. En ese entonces no se llamaban noticias falsas. Ahora nuestra meta es chequear con mucha rigurosidad y después empaquetar esa información en algo que le guste a la gente. Usamos Whatsapp como canal y le pedimos a la gente que nos pasa la cadena para que la chequeemos que después comparta y difunda. Eso funciona bastante bien.SEMANA: ¿Cómo escuchan a la gente, para saber qué piensan y qué le interesa?P. F. : Tratamos de estar en donde se pueda, en televisión, radio, otros medios además de Chequeado. En redes sociales tratamos de escucharlos, a veces no damos abasto porque no tenemos un equipo dedicado solo a eso. Generamos un espacio que se llama Chequeo Colectivo en el que los lectores nos pueden sugerir los temas por medio de un formulario, lo cual hace que sea más estructurado. Nosotros todos los lunes en el consejo de redacción los revisamos para decidir si es viable, cuando nos parece interesante lo publicamos y le damos el crédito al lector.SEMANA: ¿Qué falta en Latinoamérica para que chequear sea más efectivo?P. F. : Falta mucho en la calidad y la apertura de los datos. Además que mentir tenga un costo. Esto no depende de medios como Chequeado, se necesita que la población le facture al político que mintió, si lo sigue votando igual aunque mienta es un problema. En países más desarrollados, no en todos, el político tiene un peso negativo si miente. En Suiza nos decían que no necesitan de un medio que verifique, allá no le ven sentido a que un político diga mentiras. En Latinoamérica no es así.SEMANA: ¿En Argentina alguna de las publicaciones de Chequeo sirvió para que un político no fuera reelegido?P. F. : Hay múltiples variables, tenemos información de algún caso, pero es muy difícil de chequear.SEMANA: En algunos países, como en Venezuela, encontrar datos estadísticos abiertos no es posible, ¿qué hacer en los momentos en que no hay datos?P. F. : Es mucho más difícil, en Argentina pasó en el caso de una inundación en la cual no está claro cuánta gente murió. Por eso es tan importante que la oficina de estadísticas sea autónoma porque es muy difícil que un medio pueda suplantar eso, tener cobertura nacional. Eso es más periodismo de investigación. Hay que darle mucho peso a una oficina de estadística que funciona, porque tal vez hasta que no la perdés no te das cuenta de que era tan relevante. En Argentina nos pasó.SEMANA: En un entorno tecnológico tan cambiante, ¿cómo ir al ritmo de la innovación?P. F. : Hay que tomarse un tiempo para leer, investigar, ver hacia dónde va lo que uno hace. Tener información sobre lo que está pasando y sobre el futuro, y a partir de eso planificar. Nosotros tenemos un laboratorio experimental y si te equivocás no es tan grave, puede funcionar o no.SEMANA: Hay un comentario entre los círculos de periodistas de que este tipo de método (fast check) es lo básico que se debería hacer en el periodismo…P. F. : Absolutamente, no inventamos nada, es algo que debería hacerse en todas las redacciones pero no se hace. Nosotros siempre decimos que tranquilamente podríamos no existir, pero existimos porque nadie lo hace. En general nace de medios independientes, dicho eso The Washington Post tiene un área de fast cheking.SEMANA: ¿Cree que el periodismo va a virar hacia el chequeo de datos y la verificación?P. F. : Ojalá, creo que sí porque va a ser una necesidad por el modelo de negocio, los medios se están reinventando. Una de las opciones es ir para este lado, ser más confiables. Para no vivir solo de los clics, o de información rápida sin verificar. Hay entre 15 y 20 organizaciones en Latinoamérica que hacen chequeo de datos. En general es bienvenido, porque es algo que faltaba y si está bien hecho pues llegó para quedarse.En video: Qué harán los medios colombianos para combatir las noticas falsas