Estados Unidos decidió reactivar sanciones al petróleo y gas de Venezuela si no ve un “cambio de rumbo” del gobierno de Nicolás Maduro, que lo calificó de “chantaje” días después del mantenimiento de la inhabilitación política de la opositora María Corina Machado.
Pese a que parecía un buen negocio para Estados Unidos el reducir la migración ilegal a través de la frontera y la compra de petróleo, además devolver a una importante nación latinoamericana la democracia, todo se “desmoronó”, dice un artículo reciente del Financial Times.
“Deseoso de alejarse de una política de “máxima presión” de la era Trump con sanciones financieras diseñadas para derrocar al autoritario presidente Nicolás Maduro, la administración Biden negoció con el régimen durante más de un año en conversaciones secretas”, dice el texto, el cual resalta el entendimiento entre Estados Unidos, la oposición venezolana y el gobierno de Maduro en Barbados el pasado mes de octubre.
Washington respaldó el acuerdo con amplias concesiones, levantando las sanciones no solo en el petróleo y el gas venezolanos sino también en las exportaciones mineras y secundarias, también hicieron un canje de presos, entre los que se contó Alex Saab, señalado de ser testaferro de Maduro y acusado en Estados Unidos de lavado de dinero.
Mientras tanto, el gobierno de Maduro liberó a algunos presos políticos y acordó aceptar vuelos que deporten a migrantes venezolanos desde EE. UU., sin embargo, como narra el duro artículo de Financial Times, el acuerdo de Barbados comenzó a desmoronarse; el gobierno suspendió los resultados de unas primarias de la oposición y luego los confirmó un fallo que prohibía a la candidata victoriosa, María Corina Machado.
Pero el descontento de Washington ha ido en aumento en los últimos días, cuando 36 personas, entre civiles y militares, fueron detenidas en Venezuela, incluidos tres colaboradores de Machado, a quienes las autoridades vinculan con cinco “conspiraciones” para asesinar a Maduro.
“Maduro incluso revivió una disputa territorial de larga data con el vecino Guyana en diciembre, amenazando con anexar dos tercios de su territorio por la fuerza, aunque luego dio marcha atrás”, menciona el texto.
Por otro lado, un alto funcionario del departamento de estado de EE. UU., que habló bajo condición de anonimato, rechazó la crítica y le dijo al Financial Times: “Nuestra opinión es que el compromiso fue la mejor manera de utilizar la influencia de las sanciones para lograr reformas”.
Ahora Washington pide al mandatario venezolano que cumpla con su parte del pacto, incluido “que todos los candidatos políticos de la oposición democrática podrían participar libremente en las elecciones presidenciales de 2024″, precisó Miller.
“Y eso, por supuesto, no es lo que hemos visto”, añadió, cuatro días después de un fallo del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) que mantiene una inhabilitación política de 15 años a Machado.
Pero aún hay oportunidad, según Estados Unidos, “Seguimos creyendo en las elecciones, el proceso de hoja de ruta es el camino más viable hacia elecciones competitivas en Venezuela este año y la seguimos apoyando”, afirmó el alto mando.
Según el diario, la ruptura entre el gobierno Biden y Maduro ha consternado a los inversores que apuestan por el desbloqueo para el crecimiento de la industria petrolera de Venezuela y por el aumento del mercado secundario. “Estamos bastante decepcionados y muy preocupados para que las cosas vuelvan a ser como fueron en 2018-19″, dijo un inversionista que ocupa una posición en Venezuela .
Financial Times asegura en su artículo que Machado “ha prometido luchar en las elecciones a pesar de su prohibición. Pero algunos piensan que ella podría ser persuadida a renunciar en favor de un candidato de la oposición más aceptable para Maduro, permitiendo a la administración Biden mantener el Proceso de Barbados vivo”.
Consultado sobre esta teoría, el funcionario del departamento de Estado dijo que era algo debía decidir la oposición venezolana. “Nuestra política está diseñada para apoyar la aspiraciones del pueblo venezolano y de la oposición democrática”, afirmó.
Finalmente, Michael McKinley, ex alto diplomático del Departamento de Estado, le dijo al importante medio que “Muchas empresas, sin embargo, ya han reestablecido vínculos con el régimen de Maduro y es poco probable que sean disuadidos por completo; será difícil mantener la efectividad de las sanciones de retroceso”.
Con información de AFP*