El papa Francisco besó este miércoles el número de detención tatuado en el brazo de una superviviente del Holocausto, durante la audiencia general celebrada en el Vaticano, en un gesto espontáneo de solidaridad.
La anciana, de 81 años, Lidia Maksymowicz, polaca de origen bielorruso, deportada en 1943 al campo de Auschwitz Birkenau cuando aún no tenía tres años, fue también víctima de los experimentos del criminal de guerra Josef Mengele.
Entre los asistentes a la audiencia celebrada al aire libre, la anciana aprovechó para saludar al pontífice al término del encuentro.
Tras intercambiar algunas palabras, se arremangó el traje para mostrarle el tatuaje con el número 70072 que los nazis le marcaron al ingresar al campo de concentración.
Ante ello, el papa argentino se inclinó para besarlo y la sobreviviente, conmovida, lo abrazó espontáneamente.
“Con el Santo Padre nos entendimos con una mirada, no hicieron falta palabras”, confió la anciana tras su encuentro con el papa, según contó el portal de noticias del Vaticano.
Entre las últimas supervivientes de los campos de concentración nazis, Maksymowicz se encuentra en Italia como invitada de la asociación “Memoria Viva” para contarles a los jóvenes su testimonio, recogido en un documental que lleva el título La niña que no sabía odiar.
Sometida a horrendos experimentos médicos por el doctor Mengele, como inoculación de virus, vacunas y venenos, la anciana considera un deber contar su historia para que no se repita.
“Todos los niños sabían quién era Mengele y le tenían terror. Considero que tengo la misión de contar mi historia, se la debo a los que murieron”, confesó durante un encuentro virtual con cientos de jóvenes italianos.
“Soy uno de los pocos supervivientes. Más de 200.000 niños murieron allí”, subrayó.
Adoptada y salvada por una familia polaca tras su liberación en 1945, encontró a su verdadera madre en Rusia en 1962 gracias a los tatuajes.
El pontífice latinoamericano, que cuenta entre sus amigos cercanos a varios judíos argentinos, estuvo el 29 de julio de 2016 en los campos de Auschwitz y Birkenau en Polonia, entre las visitas más conmovedoras de su pontificado.
Por otra parte, el Vaticano anunció este martes que traslada fuera de sus muros al preseminario San Pío X, un internado para niños y adolescentes, actualmente en el ojo del huracán por presuntos abusos sexuales en contra de un menor.
En un comunicado divulgado por la sala de prensa del Vaticano, en el que se evita mencionar el juicio iniciado a mediados de octubre en un tribunal de la Santa Sede, se anuncia la decisión.
“Durante mucho tiempo hemos estado estudiando la hipótesis de trasladar el preseminario San Pío X fuera de los muros del Vaticano, también para promover la proximidad de los jóvenes estudiantes a los lugares donde estudian y practican sus actividades recreativas”, explica la nota.
La institución, donde niños y adolescentes se preparan para ver si quieren seguir el camino del sacerdocio, está ubicada no muy lejos de la residencia del papa Francisco.
El pontífice argentino le advirtió recientemente al actual rector del preseminario su decisión de trasladar la institución a partir de septiembre “fuera de la Ciudad del Vaticano, a un lugar conveniente”, subraya el comunicado.
En el preseminario, que existe desde hace 75 años, estudian muchos de los monaguillos que ayudan al papa durante las misas en la basílica de San Pedro.
La justicia vaticana decidió abrir el juicio tras la publicación del libro Pecado original del periodista italiano Gianluigi Nuzzi en el que denuncia los abusos cometidos en ese seminario entre 2011 y 2012.
Según los informes, el acusado y la víctima tenían 14 y 13 años cuando ocurrieron los hechos, que se prolongaron durante cinco años.
El padre Enrico Radice, exrector del preseminario San Pio X, fue acusado de encubrimiento en el juicio por haber protegido al joven autor de los abusos sexuales.
La presunta víctima describió con detalles en marzo pasado ante los jueces los abusos padecidos en la habitación que compartía con los demás estudiantes, en un caso inédito para la justicia vaticana.
El papa Francisco se comprometió a luchar contra la pederastia dentro de la Iglesia y prometió llevar ante la justicia a los sacerdotes que han cometido abusos sexuales de menores.
* Con información de AFP