El 11 de marzo de 2022 juró como presidente chileno una nueva cara de la política de ese país. Una promesa de cambio y uno de los triunfos más grandes de la izquierda moderna en la región. El llamado al puesto fue Gabriel Boric, que con tan solo 36 años llegó a la Casa de la Moneda, pero hoy, tras un año de su posesión, el mandatario de izquierda ha tenido un gobierno marcado por los altibajos y por una popularidad históricamente baja.
La figura del ahora mandatario se elevó después del estallido social que se llevó a cabo en el país austral a finales de 2019, pero desde que llegó al poder ha perdido respaldo hasta de sectores cercanos que se han ido en su contra. Su popularidad arrancó con los niveles más bajos, pero según la más reciente encuesta de la firma Cadem, hoy se ubica en 35 por ciento, cuando hace apenas unos cuantos meses estaba en 25 por ciento.
Los golpes que ha recibido el Gobierno de Boric no han sido pocos. Recién llegado al cargo tuvo que enfrentar la crisis por las tierras reclamadas por el pueblo mapuche, protestas estudiantiles que criticaban su figura y lo que consideraban promesas incumplidas a los manifestantes, todo mientras la delincuencia iba en aumento en el país y la percepción positiva del mandatario caía.
En general, Gabriel Boric ha sido el presidente chileno más impopular desde el inicio de su mandato en los últimos años. Por ejemplo, sus dos predecesores, Michelle Bachelet y Sebastián Piñera, duraron varios meses e, incluso, más de un año hasta que su aprobación fue más negativa que positiva, mientras que el respaldo al joven mandatario de parte de la ciudadanía chilena no duró mucho.
Pero, sin duda alguna, el golpe más duro que recibió Boric fue el rechazo de su propuesta a una nueva constitución para Chile. El jefe de Estado lideró el proceso de redacción y difusión del texto y sus funcionarios terminaron apoyando la idea de la transformación a la carta magna por debajo de la mesa, esto a pesar de los serios cuestionamientos que tenían varios de los artículos. La sorpresa para el presidente fue que el pueblo la rechazó de manera masiva, marcando un gran fracaso para el gobernante de izquierda.
“El resultado del plebiscito sobre la propuesta de nueva constitución condicionó el devenir del Gobierno y, durante algunos meses, la derrota en el plebiscito pegó muy fuerte”, contó a SEMANA el exmiembro de la Comisión Constitucional Christian Viera. De igual manera, son varias las voces que coinciden con que Boric salió malherido de este proceso y es algo de lo que no se ha podido recuperar del todo.
Igualmente, José Antonio Kast, excandidato a la presidencia, calificó como “malo” el mandato de Boric y en parte tiene que ver por el fracaso del proyecto constitucional. “Podría haber avanzado en distintos temas, pero cambió el eje de su gobierno y se enfocó en ser el líder de lo que fue una propuesta de nueva constitución, la refundación de Chile desde el punto de vista de la izquierda más radical”, dijo el líder de la derecha chilena a SEMANA.
Este parecía ser el momento más bajo del mandato de Gabriel Boric, pero aún le faltaban dos golpes que pondrían todo en jaque.
El primero ocurrió unos meses después, cuando decidió indultar a manifestantes condenados por sus acciones durante el estallido social de 2019. La oposición de la ciudadanía y de un sector del mundo político fue masiva, más cuando se supo que muchas de las personas que salieron de las cárceles eran criminales de carrera y no manifestantes ligados a las protestas.
El último golpe lo recibió esta semana, cuando el Congreso rechazó su reforma tributaria con la que esperaba financiar las reformas sociales que prometió al país, haciendo que los sistemas de salud, de pensiones y educación tuvieran mayor cobertura siendo financiados con más impuestos de ciertos sectores, principalmente las empresas y los ciudadanos más ricos. “Nuevamente, hay un sector que intenta hacer que las cosas no cambien, dejar las cosas tal cual como están”, manifestó Boric en alocución tras la votación, que fue una sorpresa para el Gobierno. Para ajustar su gobierno tras el fracaso de la tributaria, Boric hizo un remezón en su gabinete y cambió a los ministros de las carteras de Relaciones Exteriores, Obras Públicas, Cultura, Deportes y Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación.
Aun así, a pesar del fracaso de dicho proceso, el mandatario prometió que insistirán en dicha reforma, ya sea volviendo a presentar el mismo texto o reformándolo y presentándolo en 12 meses. “Pondré a todo nuestro Gobierno a trabajar para construir una mayoría que sí haga posible esta reforma”, dijo Boric.
En remontada
A pesar de los golpes que ha sufrido, en las últimas semanas ha remontado su imagen negativa de a poco, algo que parecía impensable cuando su desaprobación rondaba el 70 por ciento después del escándalo de los indultos a manifestantes. ¿Cómo lo logró? Se apalancó en una crisis nacional.
En algo en lo que la mayoría de chilenos han estado de acuerdo es en la gestión del presidente durante la tragedia de los incendios forestales, que les costó la vida a 26 personas y dejó a miles de personas sin hogar. Según Cadem, el 98 por ciento de los chilenos aprueba la gestión del mandatario durante dicha crisis, en la que se le vio activo e involucrado de primera mano para atender a los damnificados.
Desde esa situación, su popularidad subió 6 por ciento y sigue en constante aumento. “Se percibió la determinación, liderazgo y cercanía del presidente ante desafíos mayúsculos. Tanto es así, que la gestión durante los incendios ha sido percibida positivamente por la ciudadanía”, manifestó Viera.
Además, Boric ha sabido sortear, en principio, una difícil situación económica en el país, pasando de una administración en déficit a una con superávit, con una inflación bajando lentamente, pero de manera constante, y que se espera que sea de un solo dígito en los próximos meses, tras alcanzar 11,9 por ciento anual en la más reciente medición en febrero.
Asimismo, al mandatario no le ha temblado la mano para abandonar a Pedro Castillo y calificar a Nicolás Maduro y a Daniel Ortega como dictadores y violadores de derechos humanos, algo bien recibido por la ciudadanía. Pero esto le ha costado críticas de los miembros de la izquierda más radical chilena y estar al margen de mandatarios que han sido más neutrales o que han apoyado a Pedro Castillo como Gustavo Petro, Alberto Fernández y Andrés Manuel López Obrador.
Gabriel Boric ha tenido un año lleno de altibajos y crisis que, en algunos casos, él mismo ha ayudado a detonar, en el que ha pesado su inexperiencia política. Sin embargo, parece que poco a poco busca recuperar el rumbo y cumplir los cambios que prometió para la nación, sin llevarla por un gran riesgo económico. Pero tendrá que recorrer este camino en medio de un desafiante escenario económico global que tendrá implicaciones locales y con las tensiones que aún persisten en su país. El tiempo juzgará su labor.