“Lo primero (...), debemos salir del carbón, es una energía fósil y la más contaminante”, aseguró el mandatario centrista durante una entrevista en las televisiones privada TF1 y pública France 2.
“¿Qué vamos a hacer de aquí a 2027? Todavía tenemos dos centrales de carbón, Cordemais (oeste) y Saint Avoid (este), y vamos a reconvertirlas completamente a la biomasa”, dijo Macron, reelegido en 2022 por cinco años.
Emmanuel Macron ya había comprometido previamente la eliminación progresiva del carbón en Francia, un paso significativo hacia un futuro más sostenible. Sin embargo, el cierre temporal de la central de Saint-Avold a principios de 2022 y su posterior reapertura durante el invierno reflejaron las tensiones y desafíos relacionados con el suministro de energía en el país.
Ahora, el presidente se enfrenta a la importante tarea de presentar el próximo lunes los detalles de su plan ecológico, destinado a acelerar el ritmo de las iniciativas ambientales para cumplir los objetivos de reducción de gases de efecto invernadero para 2030.
A nivel internacional, Macron ha abogado por la transición lejos de las energías fósiles y ha promovido las finanzas verdes como un enfoque clave para abordar la crisis climática.
Sin embargo, su enfoque se ha centrado en una “ecología de progreso y de soluciones” en lugar de medidas punitivas.
En este sentido, ha tomado una postura equilibrada en relación con la calefacción a gas, afirmando que no la prohibirá por completo, ya que esto podría dejar a las comunidades rurales sin alternativas viables.
En cambio, Macron aboga por facilitar la instalación de sistemas de calefacción más eficientes y respetuosos con el medioambiente, como las “bombas de calor”.
Este enfoque busca no solo abordar los desafíos ambientales, también garantizar que las soluciones sean accesibles y prácticas para todos los ciudadanos, independientemente de su ubicación geográfica.
La transición lejos de las energías fósiles es una prioridad crucial para Francia en su esfuerzo por combatir el cambio climático.
En este sentido, el país está enfocando sus esfuerzos en dos direcciones principales: el fortalecimiento de su sector nuclear, que históricamente ha sido su principal fuente de electricidad, y la expansión de las fuentes de energía renovable.
Sin embargo, el contexto energético actual ha presentado desafíos adicionales debido al aumento de los precios de la energía, un fenómeno exacerbado por la invasión rusa de Ucrania.
Esto ha obligado al gobierno francés a buscar soluciones efectivas para mitigar el impacto del aumento de los precios del combustible en la economía y el bienestar de los ciudadanos.
Emmanuel Macron anunció una medida concreta en esta dirección al implementar un programa de ayuda destinado a los “trabajadores” con ingresos más modestos, que consiste en una asignación de 100 euros (106 dólares) por vehículo y año.
Esta medida busca aliviar la carga financiera que enfrentan los ciudadanos en medio de los crecientes costos de transporte y movilidad.
Anteriormente, el gobierno consideró permitir a las gasolineras vender combustible a pérdida como una forma de reducir los precios de los carburantes, pero esta idea fue rechazada por las propias gasolineras.
En la búsqueda de soluciones, Macron ahora ha hecho un llamado para que el combustible se venda a precio de costo, lo que podría ofrecer un alivio adicional a los consumidores.
Sobre el papel, estos pasos reflejan el compromiso del gobierno francés en dos frentes cruciales: avanzar hacia fuentes de energía más sostenibles y garantizar la calidad de vida de sus ciudadanos en medio de la agitación económica mundial y buscando un futuro más verde y respetuoso con el medio ambiente.
*Con información de AFP.