Las autoridades meteorológicas de Francia y algunas zonas de Inglaterra registraron el mes de julio más seco de la historia, lo que agrava la escasez de recursos hídricos y obliga a imponer algunas restricciones.

En Francia, donde una intensa sequía golpeó a los agricultores y provocó limitaciones del uso del agua, las precipitaciones del mes pasado ascendieron a solo 9,7 milímetros, según la agencia meteorológica Meteo France. Esta cifra es 84 % inferior a los niveles medios registrados en julio entre 1991 y 2022, y lo convierte en el segundo mes más seco desde marzo de 1961, añadió la agencia.

Mientras tanto, algunas zonas del sur y del este de Inglaterra registraron la menor cantidad de precipitaciones de la historia, según la Oficina Meteorológica de Reino Unido.

El conjunto de Inglaterra registró una media de 23,1 mm, la cifra más baja para el mes desde 1935, añadió. El organismo empezó a recopilar datos en 1836. A la falta de lluvias se sumaron las olas de calor que azotaron ambos países, con récords de temperaturas. En Inglaterra, los termómetros superaron el mes pasado por primera vez los 40 °C.

Los científicos coinciden en que las emisiones de carbono procedentes de la quema de combustibles fósiles por los seres humanos están calentando el planeta, aumentando el riesgo y la gravedad de las sequías, las olas de calor y otros fenómenos meteorológicos extremos.

A ambos lados del Canal de la Mancha, las compañías de agua se esfuerzan en responder a las condiciones de sequía con restricciones. Sequía, incendios, récords de temperatura, muertes por golpes de calor... La temporada alta de vacaciones estivales en Europa occidental viene cargada de alertas sobre el cambio climático.

“Podemos decir que en los últimos 35 años hemos tenido tres veces más olas de calor que los 35 años precedentes”, según Long, quien augura un alza de su intensidad y frecuencia “en los próximos años”.

La ola de calor se centra este martes en el sur, centro y este de Francia, con cinco zonas en alerta “naranja” -la segunda más alta-, pero el pico se espera el miércoles con temperaturas de hasta 40 ºC localmente.

Y todo ello cuando el Gobierno llamó a los franceses a hacer “pequeños gestos” como moderar la temperatura del aire acondicionado para ahorrar energía ante eventual corte de gas ruso. Las alertas por sequía también vienen acompañadas de recomendaciones a reducir el consumo de agua, en los territorios con código “gris”, hasta su limitación para usos esenciales, en caso de código “rojo”.

Baptiste Cribeillet, un agricultor de 32 años de Saint-Génis-des Fontaines (sur), teme los efectos para su explotación de 60 hectáreas de nectarinas al sur de Perpiñán si se prohíbe el riego. Actualmente, el uso del agua está limitado al 50 %. “Si pasamos a la siguiente fase, no podremos regar en absoluto y los daños en los árboles y las próximas cosechas serían enormes”, advierte.

El ministro francés de Transición Ecológica, Christophe Béchu, abogó el lunes por “reducir el consumo de agua, ahorrar, luchar contra el despilfarro”, “una adaptación humana”, a su juicio, “necesaria”. Y anunció que presentarán en septiembre la “nueva trayectoria de planificación ecológica”.

Criticado por su “inacción climática” en su primer mandato, el presidente centrista Emmanuel Macron prometió que iría “dos veces más rápido” en el actual quinquenio para reducir los gases de efecto invernadero.

Francia, como el conjunto de la Unión Europea (UE), espera lograr la neutralidad carbono para 2050, pero su estrategia no pasa por el “decrecimiento”, sino por impulsar la energía nuclear y las renovables.

La cuestión climática, con la sequía y las olas de calor como factores más visibles, protagonizó este martes muchas de las portadas de los diarios regionales en Francia. El rotativo Le Parisien, cuya portada titulaba “Consumir menos agua es posible”, explicó alternativas para reducir su consumo, como la reutilización del agua de la ducha en el váter o en el jardín.

*Con información de AFP.