El secretario de estado de Estados Unidos, Antony Blinken, y el ministro de relaciones exteriores ruso, Serguéi Lavrov, se reunieron en Ginebra (Suiza) para buscar soluciones que ayuden a superar la crisis que se vive en Ucrania.
De acuerdo con el primero, el diálogo fue “franco y sustancial”; afirmó que se le dará continuidad a este tipo de encuentros para conjurar las tensiones que se viven en el país europeo.
Blinken corroboró que Estados Unidos le dará una respuesta escrita a Rusia la semana que viene sobre sus preocupaciones en materia de seguridad. El responsable insistió en que su país está dispuesto a responder a “una agresión de Rusia, aunque no sea militar”, y le pidió a su homólogo pruebas de que no desean invadir Ucrania.
Sin embargo, no especificó si esas “ideas” responderían las demandas extremadamente específicas y detalladas a las que Moscú ha pedido una contestación.
Lavrov confirmó que Estados Unidos se comprometió a entregar una respuesta escrita frente a las exigencias rusas. “Acordamos que la próxima semana se nos presentarán respuestas por escrito a nuestras propuestas”, dijo.
Además, subrayó que él y el estadounidense “están de acuerdo en que es necesario un diálogo razonable” para que “se calmen las emociones”.
Después de esto, los dos responsables volverán a contactarse ya que consideran aún “prematura” una nueva cumbre entre el presidente ruso, Vladimir Putin, y el estadounidense, Joe Biden.
“No sé si estamos en el buen camino, lo sabré cuando tengamos una respuesta”, dijo Lavrov.
El ministro ruso dijo después que su país “jamás de los jamases, en ningún lugar, ha amenazado al pueblo ucraniano”.
Los dos responsables se reunieron este viernes para intentar apaciguar la crisis en Ucrania, que enfrenta diplomáticamente a los países occidentales con Rusia, que ha desplegado miles de soldados en la frontera con ese país.
¿Guerra inminente?
Ucrania representa hoy el mayor riesgo de guerra en Europa de los últimos 30 años, según la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (Osce). Vladímir Putin y su régimen parecen casi decididos a invadir a su vecino y, en buena parte, están preparándose para ello, no en vano tienen más de 100.000 soldados en la frontera.
Pero este conflicto no viene de ahora. Las tensiones en Ucrania existen desde hace casi una década, ya que en 2013 hubo unas históricas protestas contra el gobierno, alegando una mejora en la calidad de vida y el fin de la corrupción.
Las manifestaciones terminaron con el presidente huyendo del país y la llegada de un gobierno proeuropeo, pero esto trajo como consecuencia una intervención rusa en el país y la anexión ilegal de la península de Crimea, que Putin defendió diciendo que solo protegían a la población rusa en el territorio.
A pesar de que el conflicto parecía estar tranquilizándose, en las últimas semanas todo parece ir con destino a la guerra gracias a las ideas expansionistas de Putin y Rusia, que han dado un apoyo abierto a los grupos armados prorrusos en la región del Donbás.
Según el Pentágono, Rusia tiene, o tenía, serias intenciones de llevar a cabo la invasión en este mismo mes de enero.
Ese país quiere tener a Ucrania como una gran aliada o la invadirá e intentará anexar parte de su territorio, según la inteligencia estadounidense. Lo único que puede frenar la invasión sería la intervención de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), cuyo ingreso ha sido solicitado por el presidente ucraniano.
Eso frenaría por completo las intenciones guerreristas de Putin, ya que la invasión a una nación de esa organización se considerará un ataque a todas las de la OTAN y, por consiguiente, se verían obligadas a defender Ucrania.
De la misma forma, tanto Estados Unidos como la Unión Europea han dicho que, si Rusia llegase a invadir Ucrania, están listos para imponer grandes sanciones económicas al gobierno ruso; por ahora, esto no parece preocupar de más a Putin, que habló en dos ocasiones con Joe Biden, quien estaría decidido a frenar el conflicto en Ucrania.
A pesar de los esfuerzos de este último en las charlas con Putin y la amenaza de sanciones económicas, el presidente ruso ha hecho un par de peticiones para disminuir la cantidad de tropas en la frontera. La primera condición es que no se entreguen armas extranjeras letales en Ucrania y la segunda, que la OTAN no permita la entrada de Ucrania en esta organización, lo cual se puede prestar para que la invasión tan solo se vea aplazada.
*Con información de AFP