SEMANA: ¿Cómo toman este fallo de la justicia norteamericana contra Chiquita Brands?
Marissa Vanlsing: Para nosotros el veredicto que es del jurado, que es una un etapa muy importante en el litigio que hemos avanzado por 13 años, a pesar de todas las excepciones de defensa que Chiquita plantearon para frenar y obstaculizar el caso. Para mí, es muy importante que fuera jugar un rol importante en la justicia y la verdad, entiendo que Colombia también tiene sus procesos de Justicia y Paz, de la JEP, con los cargos contra los ejecutivos. Yo espero que ya este veredicto esté en proceso y puede jugar un rol para poner la responsabilidad a los líderes de la empresa estadounidense que causó tanto daño no solo durante la época de los hechos del caso de los 90 y 2000, sino también por mucho tiempo en Colombia y en América Latina, más generalmente Chiquita tiene United Food, tienen un legado muy dañino.
SEMANA: ¿Cómo actuó Chiquita Brands de cara a este caso?
M.V.: Normalmente, los casos de derechos humanos contra las empresas, llegan a un acuerdo, las empresas no dejan que lleguen a esta etapa final del fallo del jurado, no quieren que los hechos salgan a la luz del público, o no quieren seguir en el proceso, solo quieren cerrar el proceso y llegar a un acuerdo. Y Chiquita apostó para que los hechos salieran a la luz y fue un gran riesgo, porque los hechos no estaban de su lado. Y yo creo que es la primera vez, como hemos dicho, que un jurado estadounidense encuentra responsable a una empresa americana en una corte de los Estados Unidos por violaciones de derechos humanos en el exterior.
SEMANA: ¿Sienta un precedente este fallo en la justicia norteamericana?
Victoria Mesa-Estrada: Obviamente, esta decisión tiene un precedente muy importante aquí en los Estados Unidos, porque el juicio fue litigado completamente bajo las leyes colombianas, pero fue hecho frente a un jurado americano y frente a un juez americano. Entonces, sí, realmente nos satisface mucho saber que la justicia, que desafortunadamente no le ha llegado a estas familias de las víctimas en Colombia durante más de dos décadas, se haya logrado de cierta manera en Estados Unidos. Y aunque este es el principio de muchísimos juicios que esperamos que van a venir en el futuro, Chiquita se niega a llegar a un acuerdo amigable. Realmente es muy importante lo que esto puede significar hacia el futuro para las víctimas en general, sobre todo víctimas en países como los de nosotros, donde compañías americanas vienen y desafortunadamente han hecho lo que se les da la gana por tanto tiempo.
SEMANA: ¿Qué fue lo más impactante que vieron durante este caso contra Chiquita Brands?
V.M.: Noticias como esas siempre son muy de película. Uno siempre escucha por detrás de las historias que se han hablado en el resto del mundo, es la influencia de una compañía americana en una región donde entran realmente por propósitos completamente financieros y sin importarles el resultado que esto tiene en las comunidades que están en esos lugares. Entonces, por lo tanto, honestamente no me sorprende que una compañía americana como Chiquita haya entrado en esta alianza con un grupo terrorista como las AUC, porque al final, esas compañías han demostrado históricamente lo que les importa a ellos es sus bolsillos.
SEMANA: ¿Qué piensa que el fallo haya llegado primero en la justicia norteamericana antes que en Colombia?
M.V.: En los Estados Unidos tenemos una responsabilidad por lo que hacen nuestras empresas en otras partes del mundo y no hagan lo que les da la gana, yo creo que eso no puede desplazar, ni reemplazar los esfuerzos que están pasando en Colombia, también tiene que haber responsabilidad en el país bajo su propio sistema, pero en ese caso específico, la razón por la cual las víctimas no quisieran llevar la demanda en Colombia es por dos razones. Primero, su seguridad, desde el inicio del juicio, se sabía que llevar una acción así contra esta empresa en Colombia hubiera sido muy riesgoso para todos ellos.
Otra razón es que en los Estados Unidos, los principios de ley básicos de derecho estadounidense dicen que si una empresa estadounidense va a otra parte del mundo, cualquier acción que hace en el exterior puede ser responsable ante la ley americana.
SEMANA: ¿Están de acuerdo con estas millonarias indemnizaciones que ordenó la justicia norteamericana a las víctimas de Chiquita Brands en Colombia?
V.M.: Queremos de todas maneras celebrar que la justicia colombiana está también tratando de llevar su propio proceso en el tema criminal, y esperamos que realmente a nivel criminal, sí se tome las medidas necesarias para que esas personas que estuvieron detrás de este trato entre las AUC y Chiquita paguen lo que tienen que pagar, no solamente a nivel monetario, pero si tienen que pasar en la cárcel, lo tienen que hacer porque esto fue un crimen a la humanidad.
Nosotros estamos dispuestos a seguir litigando estos casos hasta que los saquemos y nos toca. Y si llegamos al punto de que yo se declaren en bancarrota, pues estamos dispuestos a seguir ese camino, pero las familias tienen que ser compensadas como tal.
SEMANA: ¿Cómo fue la defensa de Chiquita Brands ante el jurado?
V.M.: Que Chiquita se haya prestado a continuar con esos pagos por más de 10 años sin pararlos, eso exhausto su defensa de extorsión. Entonces, lo que pudo haber empezado como una extorsión, se convirtió en un negocio y una alianza entre Chiquita y estos grupos paramilitares. Y eso fue lo que el jurado escuchó. Esa fue la evidencia que el jurado analizó basado en todas las pruebas que se presentaron en el juicio. El testimonio de cada uno de los ejecutivos de Chiquita que reconoció que este tema de extorsión ni siquiera se discutió por años durante en las juntas directivas de Chiquita. La primera vez que la palabra extorsión salió de la boca de Chiquita, fue porque sus mismos abogados les dijeron mucho cuidado, si ustedes siguen pagando y después les da por decir que esto es una extorsión, ya no tienen esa defensa, porque ustedes han seguido pagando.
SEMANA: ¿Qué debió hacer Chiquita en ese caso?
V.M.: Lo que debió haber Chiquita en ese momento que sintieron que sus propiedades, que sus trabajadores, que su gente podía estar de algún tipo de peligro era haberse ido de Colombia, ¿y qué fue lo que hizo Chiquita? Hizo todo lo contrario, compró más tierra, contrato más gente y se dedicó a financiar una operación de las AUC. No solamente a manera de darles dinero, sino de prestar sus puertos para que importaran armas y exportaran drogas. Esto no es un caso de extorsión.