La toma del poder por los talibanes hace cerca de un mes ha producido una serie de reacciones, especialmente, por la preocupación mundial sobre la violación de Derechos Humanos que ya ha sido cuestionada por la ONU, pero también por lo que significó el retiro de las tropas norteamericanas que habría acelerado su llegada.
Uno de los cuestionamientos provino del exasesor de Seguridad NacionaL de EE.UU. John Bolton quien señaló que se debió mantener parte de las tropas para evitar que se desencadenara la situación que finalmente ocurrió.
“Fue un error bastante grande. Estados Unidos debió continuar su presencia en Afganistán, al menos dejar un número de tropas pequeñas para así prevenir que los talibanes se tomaran el poder”, dijo el exfuncionario norteamericano a la W.
Agregó que “no estaba de acuerdo con negociar con los talibanes. De hecho, renuncié un poco después de eso porque no se puede negociar con un grupo y excluir a un gobierno legítimo como se hizo con el Gobierno de Afganistán”, al referirse a las negociaciones del 2020.
“Los talibanes no estaban listos para rendirse, ellos querían una amnistía, pero eso no iba a pasar. La real solución era que Estados Unidos y la OTAN se quedaran”, señaló Bolton.
Indicó que “el problema no es haberse ido de Afganistán porque el Ejército afgano se hubiese beneficiado con todo el armamento que dejaron, pero el resultado es que los talibanes se quedaron con toda esa tecnología”.
En relación con la reunión del director de la CIA con el líder talibán Abdul Ghani Baradar aseguró que “imagino que esa discusión se debe a extender esa fecha límite que es el 31 de agosto para sacar a los aliados de Afganistán. Los talibanes dijeron que ya no iban a permitir la salida de más afganos”.
Según se conoció, el director de la CIA, William Burns, sostuvo una reunión confidencial en la víspera en Kabul, informó este martes el diario The Washington Post.
Se trata del encuentro de más alto nivel hasta el momento entre Estados Unidos y el régimen fundamentalista desde su regreso al poder.
La decisión del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, de enviar a Afganistán a Burns, con frecuencia presentado como su diplomático más experimentado, ilustra la gravedad de la crisis para su administración, que está evacuando contra reloj a miles de estadounidenses y afganos.
El mulá Abdul Ghani Baradar, quien encabezó la oficina política de los talibanes en Catar, es el nuevo hombre fuerte del régimen que ha tomado el poder en Kabul.
Al ser contactado por la AFP, un portavoz de la CIA no confirmó la reunión, explicando que la agencia “nunca habla de los movimientos del director”.
El Washington Post no reveló el contenido de las conversaciones, pero es probable que giraran en torno al retraso de las evacuaciones del aeropuerto de la capital afgana, donde miles de personas aterrorizadas por el regreso de los islamistas esperan subirse a un avión para salir del país.
Los estadounidenses intensifican este martes los esfuerzos de evacuación tras las advertencias de los talibanes de que no tolerarían más estas operaciones pasada una semana.
Una cumbre virtual del G7 este martes tratará también el asunto.
Diplomático de carrera, William Burns fue embajador en Rusia y Jordania, y luego subsecretario de Estado del expresidente Barack Obama.
En ese entonces, encabezó un acercamiento a Irán con negociaciones secretas en 2011 y 2012 en Omán con este país, a pesar de la ausencia de relaciones diplomáticas con Estados Unidos.
Biden mantiene fecha de retirada de Afganistán del 31 de agosto
Entre tanto, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, decidió ceñirse a la fecha límite del 31 de agosto para retirar a las fuerzas estadounidenses de Afganistán, informaron el martes medios estadounidenses.
Biden tomó la decisión después de conversar con sus homólogos del G7 tras un pedido de los talibanes de que Estados Unidos no extendiera su estadía más allá de fin de mes, informaron las cadenas CNN, Fox News y otros medios, citando a altos funcionarios estadounidenses.
Se esperaba que anunciara su decisión el martes por la tarde, en medio de la preocupación de que miles de estadounidenses y de afganos que trabajaban para las tropas de Estados Unidos y de la coalición aliada no puedan ser evacuados del país.
Esto significa que los casi 6.000 soldados de Estados Unidos que han tomado el control del aeropuerto internacional Hamid Karzaim, en Kabul, desde el 14 de agosto tienen sólo siete días para concluir su operación y salir.
La decisión se produce un día después de que funcionarios de Alemania, Gran Bretaña, Francia y otros países expresaran su esperanza de que Estados Unidos mantuviera el puente aéreo después de final de mes para permitir la salida de todo su personal local, así como de sus nacionales.
Pero los líderes del G7, en una videoconferencia a primera hora del martes, acordaron aparentemente atenerse al plazo que Biden fijó en abril.
El primer ministro británico, Boris Johnson, declaró tras la reunión que los talibanes deben “garantizar” el paso seguro de los que huyen, incluso más allá de la fecha límite del 31 de agosto.
Johnson, quien convocó la reunión de emergencia del G7, dijo que él y sus colegas habían acordado “una hoja de ruta para la forma en que vamos a colaborar con los talibanes” en el futuro.
El portavoz de los talibanes, Zabihullah Mujahid, sostuvo que el grupo islamista, que tomó Kabul el 15 de agosto en una victoria relámpago que sorprendió al mundo y puso fin abrupto a 20 años de guerra, no aceptaría una ampliación del plazo.
De su lado, el portavoz del Pentágono, John Kirby, indicó que el grupo islamista estaba enviando el mismo mensaje en las comunicaciones privadas que en las públicas.
“Los talibanes han sido muy claros sobre cuáles son sus expectativas”, expresó Kirby.
“Las declaraciones públicas y privadas son las mismas; sin entrar en detalles, no veo mucha disonancia”, declaró a los periodistas.
Con información AFP