Una fuerte tormenta de granizo provocó la trágica muerte de una bebé de 20 meses, luego de que un bloque de hielo le cayera justo en la cabeza. A pesar de ser atendida rápidamente por especialistas médicos, perdió la vida.

La niña duró todo el día luchando por su vida en el Hospital Trueta donde falleció durante la noche, y fue hasta este miércoles que las autoridades informaron sobre la tragedia que ocasionó la tormenta del martes 30 de agosto, en Girona, España.

Y es que, según informaron medios locales, las rocas de hielo que cayeron en medio de la tormenta llegaron a medir hasta los 10 centímetros de diámetro, por lo que no solo la bebé resultó herida, sino que alrededor de 50 personas tuvieron que ser atendidas en centros médicos, luego de que se reportaran afectadas con fracturas y contusiones.

Además de esto, la tormenta también dejó varias afectaciones en estructuras de la zona, dejando tejas rotas, vidrios quebrados y varios vehículos abullonados por los golpes del hielo en medio de la fuerte tormenta.

Por su parte, el Servicio Meteorológico de Cataluña afirmó que el tamaño de los hielos era inusual, y que eran los más grandes que había caído en todo el año, además de resaltar que la tormenta iba a continuar también durante el miércoles 31 de agosto.

“Cayó una granizada insólita en algunas localidades del Alt Empordà, el Pla de l’Estany y sobre todo del Baix Empordà, con piedras de hasta 10 cm de diámetro en La Bisbal de Empordà, un tamaño sin precedentes en Catalunya al menos en las últimas dos décadas”, explicó el gobierno catalán en un comunicado a la opinión pública.

Y agregaron: “La tormenta que provocó la granizada llegó a tener 20 km de altura, algo muy infrecuente en nuestras latitudes, y se formó por la convergencia de viento originada por el frente de racha de una tormenta procedente de la Cataluña Norte y el viento del sudeste de origen marítimo”, sobre las características de la granizada.

Las tormentas: el ‘latigazo meteorológico’ que evidencia el cambio climático

Una serie de poderosas tormentas extremadamente inusuales han azotado Estados Unidos en las últimas semanas inundando zonas afectadas por sequías prolongadas, en una muestra de que, a medida que ocurre, el cambio climático genera “latigazos meteorológicos”.

Los científicos advierten que el calentamiento global significa que los eventos que antes eran raros ahora son mucho más probables, poniendo en duda los modelos que han utilizado durante mucho tiempo para predecir posibles desastres, con lo peor por venir.

Al menos 40 personas han muerto en el último mes a causa de las tormentas en los estados de Kentucky, Illinois, Texas y Missouri, las cuales han inundado zonas que, en algunos casos, apenas habían visto lluvia durante meses.

En una de estas tormentas cayeron hasta 300 milímetros, el tipo de aguacero que, según los modelos estadísticos, solo debería producirse una vez cada mil años.

“Esto es un ‘latigazo meteorológico’”, publicó en Twitter Peter Gleick, cofundador del Pacific Institute, una oenegé que trabaja en temas relacionados con el agua en todo el mundo.

Está “causado por una intensificación del ciclo hidrológico global y de cómo distribuye el agua por el planeta, influenciado por el cambio climático causado por el hombre”.

Las advertencias que los científicos llevan décadas haciendo sobre los efectos del uso descontrolado de los combustibles fósiles se están convirtiendo en el centro de atención de millones de personas.