Una tormenta invernal ha paralizado el norte de Texas, dejando afectaciones de movilidad en Dallas y Fort Worth este jueves 9 de enero. Con acumulaciones de nieve que podrían alcanzar entre 3 y 6 pulgadas, las ciudades se enfrentan a una mezcla invernal de nieve, aguanieve y lluvia congelante, que ha llevado al Servicio Meteorológico Nacional (NWS) a emitir una alerta vigente hasta el viernes por la tarde. Este evento marca la primera nevada del año en la región y evidencia la vulnerabilidad del Estado frente a condiciones climáticas extremas.
El fenómeno se presenta acompañado de temperaturas gélidas que oscilan alrededor de 1 °C, con una sensación térmica aún más baja debido a los vientos fríos. Desde el lunes, el frío invernal se instaló en la región, deteriorando progresivamente las condiciones climáticas. Según los meteorólogos, esta situación persistirá hasta el sábado, con noches bajo cero que podrían extender los efectos de la tormenta, incluso después de que cesen las precipitaciones.
La nieve y el hielo ya han causado estragos en la movilidad de la región. Durante la madrugada del jueves, los carriles exclusivos de alta velocidad (HOV lanes) fueron cerrados por precaución ante el riesgo de accidentes automovilísticos.
Esta decisión, tomada por las autoridades locales, refleja la peligrosidad de las carreteras cubiertas por una capa resbaladiza de aguanieve y hielo. Los reportes de vehículos deslizándose fuera de las vías principales han aumentado, obligando a los servicios de emergencia a redoblar esfuerzos para atender a los afectados y garantizar la limpieza de las rutas más transitadas.
Las cancelaciones escolares han sido una medida clave para minimizar riesgos. Varios distritos en el norte de Texas optaron por suspender las clases el jueves y el viernes, dejando a miles de estudiantes en casa y obligando a las familias a reorganizar sus actividades. Si bien algunos distritos evalúan retomar actividades el viernes, el estado de las carreteras y las condiciones climáticas serán determinantes para tomar una decisión definitiva.
Este panorama, aunque necesario para la seguridad de la comunidad, plantea retos logísticos y económicos para muchos padres que dependen de las instituciones educativas como parte de su rutina diaria.
El impacto no solo se limita a las carreteras y las escuelas. La tormenta también pone a prueba la infraestructura energética del estado. Desde el inicio de la semana, ERCOT, el operador de la red eléctrica de Texas, emitió una alerta ante el aumento anticipado en la demanda de energía debido al frío extremo.
Aunque hasta el momento no se han reportado apagones masivos, los temores de un colapso similar al ocurrido en 2021 aún están presentes. Las autoridades han insistido en la importancia de moderar el consumo energético para evitar una crisis.
En respuesta a las bajas temperaturas, la ciudad de Dallas habilitó un refugio temporal en Fair Park para quienes no cuentan con condiciones adecuadas en sus hogares. Este espacio ofrece alojamiento, alimentos calientes y protección contra el clima extremo, brindando un alivio necesario para las personas más vulnerables. La iniciativa subraya la importancia de la preparación comunitaria frente a fenómenos climáticos que cada vez son más frecuentes en la región.
El pronóstico indica que las condiciones mejorarán gradualmente a partir del sábado, cuando se espera que las temperaturas diurnas alcancen los 45 °F y los cielos comiencen a despejarse. Sin embargo, el impacto de la tormenta podría prolongarse más allá de su duración inmediata.
Las carreteras podrían seguir siendo peligrosas debido al hielo acumulado, las escuelas deberán ajustar sus calendarios para compensar las pérdidas de días lectivos, y las familias continuarán enfrentando desafíos logísticos mientras las ciudades retoman sus actividades normales.