El cielo de Bagdad, Irak, se vio nuevamente teñido de un color naranja luego de que se registrara una tormenta de arena que obligó al traslado de decenas de personas a centros asistenciales.
El fenómeno natural se ha presentado en cuatro ocasiones en los últimos meses, lo que ha generado preocupación entre las autoridades de ese país.
Las personas que resultaron afectadas debieron ser llevadas a hospitales de la capital de Irak debido a falta de aliento y asfixia”.
Según el reporte oficial, hasta el momento 216 personas se vieron afectadas por la tormenta de arena que comenzó en la provincia iraquí de Saladino, y se extendió por toda la región de Irak. La mayoría fueron dados de alta después de recibir el tratamiento médico.
La situación también obligó al cierre de aeropuertos y cancelar vuelos en Bagdad, Najaf y Erbil debido a la mala visibilidad, ya que no se podía ver a más de 500 metros. Se espera que los vuelos se reanuden una vez que mejore el clima.
“Los vuelos se han interrumpido en los aeropuertos de Bagdad y Najaf debido a la tormenta de polvo”, señaló el portavoz de la autoridad de aviación civil, Jihad al-Diwan.
El polvo anaranjado se asentó sobre las calles y vehículos. Incluso entró hasta los hogares de los habitantes de la capital, Bagdad.
El servicio meteorológico de ese país señaló que la situación podría extenderse durante toda la semana.
Amer al-Jabri, funcionario de la oficina meteorológica de Irak, afirmó que el fenómeno sería más frecuente “debido a la sequía, la desertificación y la disminución de las precipitaciones”.
Los expertos recordaron que Irak es particularmente vulnerable al cambio climático, donde se ha presentado falta de lluvias, desertificación y ausencia de cinturones verdes alrededor de las ciudades.
A finales del año pasado, el Banco Mundial advirtió que Irak podría sufrir una caída del 20 % en los recursos hídricos para 2050 debido al cambio climático.
Por su parte, el funcionario del Ministerio de Medio Ambiente, Issa al-Fayad, advirtió a comienzos de abril que Irak podría enfrentar “272 días de polvo” al año en las próximas décadas, según la agencia estatal de noticias INA.
El ministerio dijo que el fenómeno meteorológico podría abordarse “aumentando la cubierta vegetal y creando bosques que actúen como cortavientos”.
Otros países afectados
Igual situación se ha presentado en otros países como se ha reportado en redes sociales: “Lluvia y tormenta de arena en Arabia Saudita”, reportó el periodista Janosik García.
“Desde el Sahara argelino”, se reportó por su parte desde ese país.
ECSaharaui señaló: “Así amaneció esta mañana en los campamentos de refugiados saharauis. Tormenta de arena roja envuelve los cinco campamentos instalados en el sur de Argelia desde 1975, año de la invasión marroquí del Sahara Occidental”.
El cambio climático y la actividad del hombre matan el lago Sawa en Irak
Un letrero que dice “Prohibido pescar” a las puertas del desierto iraquí es el único indicio de la presencia del lago Sawa, que debido a la actividad humana y el cambio climático quedó reducido a un páramo estéril.
Las ruinas de las infraestructuras hoteleras recuerdan que en la década de 1990 este lago salado y sus playas eran un destino popular para recién casados y familias que acudían a nadar y disfrutar de un pícnic en la ribera.
Pero hoy el lago cercano a la ciudad de Samawa, al sur de Bagdad, está totalmente seco.
Las botellas vacías y los restos de plástico se acumulan en la cuenca, junto a arbustos quemados por el sol y los pontones suspendidos, que alguna vez llevaron a las aguas, se llenaron de óxido.
“Este año, por primera vez, el lago desapareció”, se lamentó el activista medioambiental Husam Subhi. “En los años precedentes la superficie de agua disminuyó durante las estaciones secas”, explicó.
Actualmente, solo queda un estanque mínimo donde nadan algunos peces. Este pozo está conectado con las aguas subterráneas.
El desecamiento del lago que llegó a tener 5 km² fue constatado desde 2014, indicó Yusef Jabar, director del Departamento de Medioambiente de la provincia de Muthana.
Para Jabar, las causas son el “cambio climático y el alza de las temperaturas”, pero también señala que hay más de mil pozos cavados de forma ilegal en los alrededores para uso agrícola.
“Especies vulnerables”
En un comunicado difundido recientemente, el Gobierno también señaló que hay plantas de cemento y de sal en las áreas circundantes que “han drenado significativamente las aguas subterráneas que alimentan el lago”.
Para revivir al lado Sawa sería necesario un milagro.
La recuperación de este acuífero conlleva dejar de extraer agua y después de tres años de sequía, serían necesarias varias temporadas con lluvias abundantes en Irak, que es uno de los cinco países del mundo más afectados por el cambio climático.
Aunque se dieran todas estas condiciones “sería difícil que el lago volviera a su estado original”, admitió Jabar.
Desde 2014, esta zona está protegida por la Convención de Ramsar para los humedales y la pesca fue prohibida.
“El lago se asienta sobre roca caliza y está aislado por barreras de yeso, lo que hace que sus aguas sean únicas. Su composición química es única”, indica el portal de esta organización de conservación.
Este acuífero es una parada para las aves migratorias y antiguamente el lago albergó a varias especies vulnerables, como el águila imperial, la avutarda hubara o la cerceta pardilla.
Este lago no es el único acuífero de Irak amenazado por la sequía.
En las redes sociales es habitual ver fotografías de zonas con el suelo agrietado por la falta de agua, como los pantanos mesopotámicos de Howeiza, inscritos como patrimonio de la Unesco, o el lago Razaza en Kerbala.
En Sawa una aguda disminución de las lluvias, que ahora son un 30 % del nivel que era normal para esta zona, ha lastrado las aguas subterráneas, que a su vez es drenada por los pozos, explicó Aoun Dhiab, alto consejero del Ministerio de Recursos Hídricos iraquí.
Además, el alza de las temperaturas acentuó el fenómeno de evaporación, añadió.
El funcionario destacó que las autoridades prohibieron la perforación de nuevos pocos y tienen una campaña para cerrar las excavaciones ilegales.
*Con información de la AFP.