Manifestantes contra el pasaporte covid-19 se enfrentaron este sábado a la Policía en Roma durante una marcha no autorizada que terminó en graves disturbios y en el asalto a la sede del principal sindicato italiano. También ha habido manifestaciones en otras ciudades italianas.

Exigido desde principios de agosto para entrar a un museo, evento deportivo o en las zonas interiores de un restaurante, este certificado sanitario requiere de una pauta de vacunación completa, un test negativo reciente o un documento que justifique haberse curado de la covid-19.

El primer ministro italiano, Mario Draghi, anunció a mediados de septiembre que a partir del 15 de octubre será obligatorio para acceder a un puesto de trabajo. Para los profesores o el personal médico ya lo es actualmente.

Los incidentes han comenzado a la entrada del parque de Villa Borghese y se han reproducido en otros puntos de la capital italiana con lanzamiento de objetos contra la Policía, que ha respondido con bombas de humo y granadas aturdidoras. Al menos tres personas han sido detenidas.

La policía choca con manifestantes durante una protesta, en Roma, el sábado 9 de octubre de 2021. Miles de manifestantes protestaron el sábado en Roma contra el pase de salud covid-19 que los trabajadores italianos, tanto del sector público como privado, deben exhibir para acceder a sus lugares de trabajo desde el 15 de octubre bajo un decreto del gobierno. | Foto: LaPresse

“¡Asesinos!” o “¡Queremos la dimisión de Draghi y Mattarella!” han coreado los manifestantes en referencia al primer ministro Mario Draghi y al presidente Sergio Mattarella, según informa la prensa italiana.

Un grupo de manifestantes ha ocupado la sede nacional de la Confederación General Italiana del Trabajo (CGIL), cerca de Villa Borghese. El sindicato ha denunciado ya este “asalto fascista” en palabras de su secretario general, Maurizio Landini. “Es un ataque a la democracia y a todo el mundo del trabajo que queremos rechazar. Nadie quiere devolver nuestro país a los veinte años de fascismo”, reafirmó.

La manifestación culminó en la calle del Tritón, muy cerca del Palacio Chigi, sede del Gobierno.

“Los dispositivos de orden público están gestionando las distintas manifestaciones en las que se utiliza la violencia con intervenciones proporcionales a las acciones de los manifestantes”, ha informado la Policía. “Se han utilizado gases lacrimógenos y bocas de incendio para dispersar a los grupos violentos”, añadió.

Condena de la clase política

El presidente italiano, Sergio Mattarella, habló por teléfono con el secretario general de la CGIL para expresarle su solidaridad tras el ataque.

También el primer ministro, Mario Draghi, llamó a Landini para expresarle a él y a todo el sindicato la plena solidaridad del Gobierno. “Los sindicatos son una defensa fundamental de la democracia y los derechos de los trabajadores. Cualquier intimidación contra ellos es inaceptable y debe ser rechazada con absoluta firmeza”, apuntó en un comunicado.

Draghi aprovechó además para condenar la violencia que se produjo en otras ciudades italianas. “El derecho a expresar las propias ideas nunca puede degenerar en actos de agresión e intimidación”, advirtió.

En Milán, la Policía se enfrentó a los asistentes a la marcha “No Green Pass” y es ya el tercer sábado consecutivo de enfrentamientos entre manifestantes y policías.

Con información de AFP y Europa Press.