Más de 40 funcionarios carcelarios que habían sido tomados como rehenes por presos en Ecuador fueron liberados, pero 136 siguen retenidos en medio de una de las peores arremetidas del narco, informó el sábado la autoridad que administra las prisiones (SNAI).
Una veintena de organizaciones siembran terror y desde las cárceles imponen su poder violento, en represalia por las políticas de mano firme del gobierno para enfrentar a estos grupos, en un país que hasta hace pocos años era considerado tranquilo.
En balances que se publican a cuentagotas, el SNAI informó la liberación de 24 guardias penitenciarios y 17 empleados administrativos. El jueves la autoridad carcelaria había registrado 178 rehenes, y el viernes anunciaron la liberación de tres de ellos.
“Todo bien, todo bien, gracias”, dice uno de los guardias carcelarios, según un video divulgado por la policía. Otro de los liberados luce sonriente. “Ya les vamos a traer hidratación”, comenta un uniformado al paso de los liberados en una operación que contó con el apoyo de la Iglesia católica.
De acuerdo al SNAI, 133 vigilantes y tres empleados siguen como rehenes dentro de las prisiones.
También informó sobre la muerte de un guardia por enfrentamientos con presos este sábado en El Oro (suroeste) fronteriza con Perú, lo que aumenta el balance de fallecidos a 19, entre civiles, vigilantes carcelarios, policías y presos.
“Vamos a ganar”
La actual crisis empezó el pasado domingo, cuando uno de los capos más temidos desapareció de su prisión en Guayaquil (suroeste). A la fuga de Adolfo Macías, alias “Fito”, jefe de la principal banda criminal del país conocida como Los Choneros, le siguió una arremetida violenta: motines en las cárceles, funcionarios de prisiones retenidos por presos, policías secuestrados, ataques con explosivos y vehículos incendiados.
Cientos de soldados y policías buscan a Fito, mientras rige un estado de excepción en todo el país, incluidas las penitenciarias, y un toque de queda de seis horas, desde las 11:00 p. m. hora local. El Ejército de Colombia sospecha que el narco haya cruzado a su territorio.
Ante la reciente ola de violencia y la presión de las bandas contra el Estado, el presidente Daniel Noboa aseguró que no dará su brazo a torcer: “Creo que vamos a ganar y no dejaré de pelear hasta conseguirlo”, dijo.
Los narcos usan las prisiones como oficinas criminales, desde donde gestionan el tráfico de droga, ordenan asesinatos, administran los réditos del crimen y pelean a muerte con rivales por el poder.
Excusa perfecta
Aunque la actividad se reanudó casi por completo en las principales ciudades tras varios días de confinamiento, el terror inunda las calles. A diario circulan videos en redes sociales sobre crueles asesinatos de uniformados y supuestos saqueos y ataques, muchos desmentidos por autoridades.
El martes la ofensiva del narco incluyó un ataque a la prensa registrado en vivo y en directo, que causó conmoción y dio la vuelta al mundo.
En medio de la crisis, Noboa planteó al Congreso un alza de 12% a 15% del Impuesto al Valor Agregado (IVA) para financiar el declarado “conflicto armado interno”.
“Encontraron la excusa perfecta para subir impuestos a la gente y, como siempre, la clase media es la que va a asumir los costos de esta guerra”, dijo a la AFP Edwin Quimis, de 38 años, en Quito.
La mayor organización indígena del país, Conaie, rechazó la iniciativa porque “no tiene nada que ver con la lucha contra el narcotráfico” sino que financia “la rebaja de impuestos a los más privilegiados”.
*Con información de AFP.