La Fundación Nobel ha desistido este sábado de contar con la participación de los representantes de Bielorrusia, Irán y Rusia, retirándoles sus invitaciones a la ceremonia de entrega de estos galardones, debido a que algunos legisladores suecos prometieron boicotear la gala anual en Estocolmo si los miembros de estos tres países asistían.
Todo comenzó la semana pasada, cuando miembros de la Fundación Nobel le hicieron llegar la invitación a los delegados de estos tres países, los cuales están vetados. No obstante, la decisión “provocó fuertes reacciones”, por lo que las opiniones frente al hecho no dieron espera.
Luego de conocerse la decisión de los parlamentarios suecos de no asistir a la reunión si Rusia, Irán y Bielorrusia asistían, la Fundación decidió retirarles dicha invitación, lo cual fue celebrado por la opositora bielorrusa, Sviatlana Tsikhanouskaya, quien expresó que el retracto de la organización es una “clara señal de solidaridad con los pueblos bielorruso y ucraniano”, reseño AP, añadiendo: “así es como uno demuestra su adhesión a los principios y valores de Nobel”.
El retiro de la invitación fue calificado como una “victoria para el humanismo”, de parte del vocero de ministerio de Exteriores ucraniano, Oleh Nikolenko, el cual, por medio de su cuenta oficial en Facebook señaló: “Gracias a todos los que exigieron que se restaure la justicia”, además de aconsejar que se debería hacer lo mismo en Noruega tras la ceremonia que tendrá lugar en Estocolmo.
Un septiembre escandaloso
Desde que se conoció que la Fundación Nobel extendió la invitación de la entrega de galardones en Estocolmo a dignatarios de Rusia, Irán y Bielorrusia, se creó un ambiente reacio a nivel político en la nación escandinava, a tal punto que el premier sueco, Ulf Kristersson, expresó a medios locales el pasado viernes que él no permitiría la asistencia de Rusia si de él dependiera.
Argumentando el envío de invitaciones a estos tres países, la Fundación Nobel realizó un pequeño comunicado en donde expresó que “la base de la decisión (de invitar a los tres países) es transmitir lo más ampliamente posible los valores y mensajes que representa el Premio Nobel”, precisando que debido a “las fuertes reacciones en Suecia, que eclipsaron totalmente este mensaje”, se decidió retirar las invitaciones a Moscú, Minsk y Teherán.
No obstante, para la entrega del Premio Nobel de la Paz en Oslo, la capital noruega, se seguirá contando con la participación de todos los representantes dada la simbología específica de este galardón.
¿Un ‘eje del mal’ para Europa?
Tanto Rusia como Irán y Bielorrusia son naciones que durante décadas han presentado tensiones diplomáticas con naciones del hemisferio occidental, especialmente con los miembros de la Unión Europea y la OTAN, debido al hermetismo político que manejan estas tres naciones, además de los diferentes escándalos relacionados con libertad de expresión, vulneración de derechos humanos, dictaduras y teocracias.
Desde el inicio de la ofensiva rusa en Ucrania 18 meses atrás, la inmensa mayoría de Europa, a excepción de Bielorrusia y varias asociaciones de extrema derecha, han condenado los ataques que desde Moscú han afectado la tranquilidad que experimentaba Europa Oriental antes de febrero de 2022, motivo por el cual, Rusia, y en especial Vladimir Putin, se observó como un ‘enemigo de la paz’, título que también fue extendido a Bielorrusia, al mando de Aleksandr Lukashenko, principal aliado del Kremlin.
Por su parte, Irán, bajo la teocracia islámica que vive desde 1979, se ha catalogado como una dictadura al conocerse los casos de pena capital impuesta a varios deportistas y líderes persas por mostrar su negativa al régimen religioso. Asimismo, la nación asiática ha sido señalada en varias ocasiones de perturbar la paz en Oriente Medio dada la ayuda que desde Teherán se le brinda a organizaciones criminales, catalogadas como terroristas por varios gobiernos como Hezbolá, además de violar los derechos humanos en reiteradas ocasiones.