El presidente electo de Chile, Gabriel Boric, conversó este domingo con el actual mandatario del país, Sebastián Piñera, ante el que se ha comprometido a dar “lo mejor” de sí mismo ante el “tremendo desafío” de liderar el país.
Piñera y Boric mantuvieron una conversación por videoconferencia que fue retransmitida por los medios de comunicación del país después de que el candidato de izquierdas se impusiera a su rival ultraderechista José Antonio Kast en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales.
“Es un honor para mí poder hablar con usted y por este medio dirigirme a todos los chilenos que nos están escuchando, y quiero que sepa usted y la gente, que voy a dar lo mejor de mí para estar a la altura de este tremendo desafío y de que nuestro país saca lo mejor de sí cuando nos unimos en pos de los grandes desafíos, y esa va a ser mi línea de acción”, ha manifestado Boric.
Además, prometió que ejercerá como “el presidente de todos los chilenos” pues “es importante interpretar a todos y los acuerdos deben ser entre toda la gente, y no entre cuatro paredes”.
Asimismo, el presidente electo puso en valor la llamada de Piñera, pues consideró “importante respetar las tradiciones” del país. Del mismo modo, dijo haber conversado también con Kast, a quien igualmente le ha agradecido el gesto.
“Eso me parece que habla muy bien de Chile, de nuestra democracia, y es algo que tenemos que mantener, reforzar y cuidar entre todos”, concluyó Boric.
Boric, de líder estudiantil al primer presidente milenial de Chile
Desde el extremo más austral de Chile, el izquierdista Gabriel Boric, de 35 años, se convirtió este domingo en el presidente más joven de Chile, un país con grandes desigualdades sociales que el líder milenial quiere resolver promoviendo un Estado de bienestar.
El antiguo dirigente estudiantil fue elegido frente al ultraderechista José Antonio Kast, un abogado de 55 años.
La rotunda victoria de Boric fue reconocida de inmediato por Kast y provocó los mejores deseos del presidente saliente, el conservador Sebastián Piñera, en una llamada telefónica que tradicionalmente es sintonizada por todos los canales de televisión. Suele realizarse con un antiguo teléfono, pero esta vez se hizo por videollamada.
Boric, para quien “el país saca lo mejor de sí cuando estamos unidos”, dirigirá una nación que redacta en una Convención Constituyente su nueva Constitución, emanada de las protestas sociales de octubre de 2019.
También tendrá que lidiar con la crisis económica derivada de las restricciones sanitarias por la pandemia del coronavirus.
“Me di cuenta de que para Gabriel esto era un apostolado y dejé de luchar. Esto para mí es pisar piedras todo el tiempo; yo quería una vida más cómoda, más clásica (para él)”, cuenta a la AFP su madre, María Soledad Font, desde su natal Punta Arenas, a unos 3.000 km al sur de Santiago.
Ella no quería que Boric entrara en política, pero la pared de su antiguo dormitorio ya mostraba a un joven centrado en ella: “Seamos realistas, hagamos lo imposible” o “la razón hace la fuerza”, se lee aún en los muros de la habitación del segundo piso de la casa de sus padres.
“Somos los herederos de los que han luchado por hacer de Chile un país más justo y digno”, alegó en su discurso de cierre de campaña, durante la cual propuso un país centrado en mejorar los derechos básicos de una población que acusa una grave desigualdad después de seguir por 31 años el modelo neoliberal impuesto durante la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990).
Con información de Europa Press y AFP