La guerra que afronta el estado mexicano de Michoacán tiene más cercanía con Colombia de lo que se creía. Inicialmente, se planteó un paralelo entre los grupos de autodefensa que se crearon allí a los tantos que han surgido en Colombia. Pero ahora la polémica es mayor.Opositores del gobierno de Enrique Peña Nieto solicitaron una investigación contra el exdirector de la Policía colombiana el general (r) Óscar Naranjo pues, según ellos, estimuló el surgimiento de grupos paramilitares contra los narcotraficantes de Michoacán.Actualmente, Naranjo se desempeña como asesor de Peña Nieto en temas de seguridad y ese es uno de los motivos que aduce el secretario general del Partido de la Revolución Democrática (PRD), Alejandro Sánchez Camacho, para argumentar la cercanía del colombiano con la anti – violencia mexicana. Sánchez sostiene que luego de que Naranjo llegó a México, en junio del 2012, se fortalecieron los grupos paramilitares y recuerda que esa fue la misma estrategia que se utilizó en Colombia para combatir a Pablo Escobar. El tema es tan delicado que la oposición pide que, en caso de comprobarse su participación, se expulse a Naranjo por inmiscuirse en asuntos internos de seguridad pública. El general colombiano ha sido considerado el "mejor policía del mundo" por su trabajo contra el narcotráfico colombiano. Antiguos choques Aunque esta es la acusación más grave que ha enfrentado Naranjo desde su llegada a México como asesor, no ha sido el único tropezón que ha tenido que afrontar. A mediados del 2012, se rumoraba que la llegada del policía colombiano a México despertaba recelo entre el sector militar de ese país. En el ejército estaban “furiosos”, según el profesor estadounidense George Grayson, experto en temas de ese país.Principalmente eran tres las razones: llegaba un extranjero en vez de un nacional, la cercanía de Naranjo con Estados Unidos y el hecho de que fuera un Policía, cuando son los militares quienes lideran la lucha contra los carteles de droga.Sin importar las quejas ante el gobierno, Enrique Peña Nieto aprobó y continuó con la asesoría de Naranjo en temas de seguridad pública. Hasta ahora, el colombiano no había tenido mayores inconvenientes pero las acusaciones de la oposición lo ubican en una situación del todo incómoda.