La líder del neofascista partido Hermanos de Italia, Giorgia Meloni, antieuropeísta y nacionalista, es favorita para convertirse en primera ministra tras las elecciones del domingo, lo que genera muchos interrogantes en Europa.
La admiradora durante su juventud de Benito Mussolini, de 45 años, favorita en todos los sondeos con cerca el 24 %, conocida por su lenguaje directo y eficaz desde sus años de líder estudiantil en Roma, podría convertirse también en la primera mujer que llega a la jefatura de gobierno.
Militante en la derecha neofascista desde los 15 años, es miembro de la Cámara de Diputados desde el 2006 y no ha tenido pelos en la lengua para criticar al gobierno saliente de unidad nacional liderado por el prestigioso economista Mario Draghi,
Un vertiginoso ascenso
Su vertiginoso ascenso se debe en buena parte a que fue la única que se opuso por 18 meses al gobierno de Draghi, lo que le ha favorecido para recoger el descontento de los italianos ante la inflación, la guerra y las restricciones por la pandemia. Un fenómeno más que asombroso, ya que en las legislativas de 2013 no llegó a obtener 2 % de los votos.
En diez años, ha logrado interpretar las esperanzas frustradas de los italianos contra las “órdenes” de la Unión Europea así como las protestas por el alto costo de la vida y el futuro bloqueado de los jóvenes. La representante del neofascismo, que no teme defender a una derecha dura, con un bagaje ideológico conservador y católico, nacionalista y centralista, se presenta con un lema: “Dios, patria y familia”.
Sus prioridades son cerrar las fronteras para proteger a Italia de la “islamización” y renegociar los tratados europeos para que Roma recupere el control de su propio destino. Otra prioridad es luchar contra los grupos de presión gay y contra el “invierno demográfico” en uno de los países con más ancianos del mundo.
La ultraderechista Liga de Matteo Salvini y la derecha moderada de Forza Italia de Silvio Berlusconi se han aliado con Hermanos de Italia para lograr el domingo una victoria histórica, que según los últimos sondeos obtendrían con el 48 % de los votos.
Del fascismo y otros demonios
La líder del partido heredero del Movimiento Social Italiano (MSI), una formación neofascista fundada después de la Segunda Guerra Mundial por los simpatizantes de Mussolini, aclaró en agosto su controvertida relación con fascismo.
“La derecha italiana ha relegado el fascismo a la historia de hace décadas, condenando sin ambigüedades la privación de la democracia y las infames leyes antijudías”, dijo Meloni en un video enviado en agosto en varias lenguas a los medios de comunicación extranjeros acreditados en Italia.
Sin embargo, el emblema de Hermanos de Italia lleva la llama tricolor verde-blanco-roja, un símbolo inventado en 1946 por el grupo de veteranos fascistas que fundaron el MSI. Varios medios han vuelto a transmitir en estos días el video cuando a los 19 años declaraba su admiración por Mussolini: “Para mí fue un buen político. Todo lo que hizo, lo hizo por Italia”, explicaba entonces.
“Soy italiana, soy cristiana”
Nacida en Roma el 15 de enero de 1977, Giorgia Meloni empezó a militar desde la secundaria en asociaciones estudiantiles de extrema derecha, “mi segunda familia”, confesó, mientras trabajaba como niñera o camarera.
En 1996, se convirtió en líder del sindicato Azione Studentesca, cuyo emblema era la Cruz Celta. En 2006 obtuvo la tarjeta de periodista. Ese mismo año fue elegida diputada y vicepresidenta de la Cámara de Representantes. Dos años más tarde, fue nombrada ministra de la Juventud en el gobierno de Silvio Berlusconi.
Su juventud, su tenacidad, su fuerte personalidad han conquistado las redes. Se volvió famoso su discurso en 2019 en que se definió así: “Soy Giorgia. Soy mujer, soy madre, soy italiana, soy cristiana. No me lo quitarán”. Muy celosa de su vida privada, es madre de una hija nacida en 2006 y convive sin casarse con el padre de la niña, un periodista de la televisión.
Con información de AFP.