Un total de 10 países han elegido a mandatarios de izquierda en América Latina, siendo la elección de Gustavo Petro la reafirmación de que el continente está cambiando hacia liderazgos fuera de lo común y que podría terminar actuando en bloque, lo cual parece probable teniendo en cuenta la relación que tienen la mayoría de estos presidentes entre sí.
La cara más representativa de la izquierda latinoamericana es el tristemente célebre Nicolás Maduro, quien desde 2013 ha ejercido como presidente de Venezuela y se le ha calificado como el máximo responsable de la debacle económica del país. Además, se ha atornillado al cargo después de unas elecciones en 2019 calificadas de fraudulentas.
Una inflación desbordada, un país arruinado y millones de venezolanos deambulando por todo el continente han sido el gran legado de Maduro que aún así, le esperan por lo menos otros tres años de gobierno. Si bien durante los últimos meses la situación ha mejorado en el país vecino, parece difícil una recuperación total de la crisis.
Junto a Petro, la más reciente incorporación a la izquierda en la región fue Gabriel Boric, actual presidente de Chile, quien lleva menos de un año en el cargo y es la representación del progresismo en el continente. Sin embargo, no ha podido transformar sus ideas con popularidad, ya que según sondeos, su aprobación es del 44 por ciento, pero viene de una crisis donde llegó a estar en el 36 por ciento, según la firma Cadem.
A Boric le quedan más de tres años en el poder y si bien no ha podido conseguir el respaldo popular que lo convirtió en presidente, aún promete realizar las reformas que ha dicho que son necesarias para el país. Además, lleva en sus espaldas el proceso de la nueva constitución que deberá ser refrendada en septiembre.
Alberto Fernández llegó al poder en 2019 al ser heredero de las políticas de Cristina Fernández de Kirchner y contraparte del expresidente Mauricio Macri. Sin embargo, unos malos rendimientos económicos y su baja popularidad (35 por ciento) parecen allanar el terreno para un cambio de orilla política en el país para las elecciones de 2023.
Según las últimas encuestas, en Argentina uno de los favoritos a suceder a Fernández es el candidato de la derecha populista Javier Milei.
Brasil, elección definitiva
Lo que puede terminar de pintar la mayoría del mapa latinoamericano a favor de la izquierda serán los comicios presidenciales de Brasil en octubre, donde el actual presidente Jair Messias Bolsonaro se enfrentará con uno de sus predecesores, Luiz Inácio Lula da Silva, quien durante años fue uno de los referentes diplomáticos en la región.
Actualmente, las encuestas ponen a Lula por encima de Bolsonaro. Según el último sondeo el líder de izquierda tiene el 52 por ciento de intención de voto, mientras que el actual mandatario solo llega al 35 por ciento, panorama que se ha mantenido durante meses. Por lo que a falta de algo totalmente inesperado, Lula volvería al poder.
Por los lados de Centroamérica, el mandatario que más tiempo lleva en el poder es Daniel Ortega, un exguerrillero del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) que gobernó en un primer periodo entre 1985 y 1990, para después volver en 2007 y asumir la presidencia desde entonces con tres reelecciones calificadas de fraudulentas, por lo cual muchos países ven a Nicaragua como una dictadura.
En Honduras, Xiomara Castro aterrizó en la presidencia a principios de año. Si bien ocupó algunos lugares en el servicio público, es conocida por ser la esposa de José Manuel Zelaya, expresidente de la nación, acusado de vínculos con el narcotráfico y varios cargos por corrupción que aún siguen en investigación.
Miguel Díaz-Canel asumió como presidente de Cuba en 2019 después de que Raúl Castro, hermano de Fidel, decidiera dar un paso al costado. Durante su mandato se ha continuado con las políticas de la dictadura cubana que opera en la isla desde 1959, aunque ha hecho intentos por abrir el país al exterior y mantener como aliados cercanos a varios gobiernos de izquierda en la región.
Otro gran símbolo de la izquierda latinoamericana es Andrés Manuel López Obrador, presidente de México desde 2018 y quien logró llegar al poder y cosechar una gran popularidad desde entonces. Según el diario El Financiero, el mandatario goza de una aprobación del 57 por ciento, número envidiable para cualquier gobernante del continente.
Las claves del éxito de López Obrador han sido la reducción de la desigualdad, hacer un gobierno mucho más cercano al pueblo y haber logrado mantener la estabilidad económica, con márgenes de endeudamiento manejables. Sin embargo, se espera que en los más de dos años que le quedan, mejore en asuntos pendientes como la seguridad.
Y si Obrador es el orgullo, la vergüenza ha sido Pedro Castillo. El mandatario peruano ha pasado sin pena ni gloria por la presidencia. A casi un año de su nombramiento no ha logrado estabilidad ni en su propio gabinete, mientras que su gobierno está manchado de varios casos de corrupción, que lo han convertido en una figura tremendamente impopular, el 71 por ciento de la ciudadanía no lo apoya, según CPI. En Bolivia, Luis Arce ha continuado con la obra de Evo Morales y cosecha una gran popularidad de más del 55 por ciento.
Si bien hay dos izquierdas en el continente, una dictatorial y otra demócrata, sin duda, Petro encontrará grandes aliados en la región. Mientras que Ecuador, Uruguay, Paraguay y El Salvador serán los contrapesos, a espera de lo que pase en Brasil y en Argentina en sus próximas elecciones.
Esta labor ya la tuvo Colombia cuando hace unos años era el único gobierno de derecha de la región junto a México, teniendo que hacerle frente a un continente con Lula da Silva, Cristina Fernández, Hugo Chávez, Evo Morales, Michelle Bachelet y demás mandatarios.