En medio de la Convención sobre el Estatuto de los Refugiados de 1951, la ministra del Interior, Suella Braverman, se mostró partidaria de adaptar “a la era moderna”, teniendo presente que esto es piedra angular de la estructura internacional de asilo, entre otras razones por las cuales considera que ser parte de la comunidad LGTBI o ser mujer no es motivo suficiente para solicitar protección en otro país.
“Hay muchas partes del mundo en que es extremadamente difícil ser gay o mujer (...), pero no podremos mantener el sistema de asilo si simplemente ser gay o mujer y temer ser discriminado en tu país de origen basta para recibir protección”, reza un discurso que Braverman tiene previsto pronunciar en un think tank de Estados Unidos y del que ya se conocen extractos.
La portavoz laborista para temas de Interior, Yvette Cooper, acusó al Gobierno de “rendirse” a la hora de tratar de “arreglar” el sistema de asilo y, en cambio, “buscar a alguien a quien culpar”. También las organizaciones defensoras de los Derechos Humanos han cuestionado el endurecimiento del discurso y de la política migratoria en Reino Unido.
De hecho, el Gobierno de Rishi Sunak está pendiente de que el Tribunal Supremo se pronuncie sobre sus nuevas políticas, con las que quiere reducir la llegada de migrantes, principalmente a través del canal de la Mancha. Plantea recluir en barcos a los recién llegados y agilizar las deportaciones, con acuerdos de traslado hacia terceros países como Ruanda.
El papa llega a Marsella para hablar sobre migraciones: “Espero tener valor de decir todo lo que quiero decir”
De otro lado, el pasado viernes 22 de septiembre, el papa, en Marsella, dio clausura a los Encuentros Mediterráneos, cuyo objeto es promover vías de colaboración e integración en torno al Mediterráneo, con especial atención al fenómeno de la migración, tal y como explicó a través de sus redes sociales.
“Espero tener el valor de decir todo lo que quiero decir”, señaló Francisco en el avión en conversación con los cerca de 70 periodistas que lo acompañaron en su 44º viaje apostólico a Marsella, una ciudad que es “la puerta, la ventana, lo es todo... en el Mediterráneo”, tal y como la definió.
Como es habitual, el Pontífice envió un telegrama al presidente de la República Italiana, Sergio Mattarella, en el que reiteró su participación en el encuentro “que reúne a iglesias y ciudades del Mediterráneo con el fin de reflexionar sobre los desafíos de la acogida, la integración y la fraternidad, para favorecer el diálogo intercultural y promover caminos de paz”, según informó Vatican News.
En respuesta a preguntas de los periodistas durante el vuelo sobre la situación que vive estos días Lampedusa y otras zonas donde hay numerosos desembarcos de migrantes, el Papa ha subrayado que es una “crueldad” lo que está ocurriendo, así como una terrible “falta de humanidad”. También expresó su dolor ante la foto que vio de una madre migrante con su hijo en Libia que se embarcó en una patera.
También rezó por el artista colombiano Fernando Botero, fallecido hace unos días. Lina Botero, envió al Papa un mensaje un vídeo a través de una periodista colombiana, según informa Vatican News.
La inmigración y el medio ambiente fueron temas clave de la visita de 30 horas a Marsella del Pontífice, en la que no se descarta una alusión a la guerra y no solo a la de Ucrania. “Esto causa dolor al papa y no se excluye una referencia en sus discursos”, señaló este martes el director de la Oficina de Prensa del Vaticano, Matteo Bruni.
*Con información de Europa Press.