El ministro del Interior de Francia, Gérald Darmanin, afirmó este jueves que el perfil de manifestante violento durante la huelga general contra la reforma de las pensiones, que se ha saldado hasta ahora con 172 detenidos, es militante de la “ultraizquierda”.
“Pudimos documentar que la ultraizquierda está detrás de gran parte de las manifestaciones violentas, que no quiero confundir con las manifestaciones pacíficas”, señaló, denunciando el “cinismo” de los sectores de la extrema izquierda, que, según él, han hecho llamamientos a la violencia.
Del total de detenciones, 77 se han registrado en París por actos de saqueo, incendios o violencia contra las fuerzas de seguridad. Asimismo, hay al menos 50 incendios en curso en la capital y 140 han sido extinguidos durante la jornada.
Darmanin, que ha acudido esta noche a la jefatura de Policía para evaluar los daños durante las protestas, también ha informado que 149 agentes han resultado heridos en distintas ciudades francesas, según recoge el diario Le Parisien.
Por su parte, la primera ministra francesa, Élisabeth Borne, tildó de “inaceptables” tanto la “violencia” como la “degradación” durante las protestas, asegurando, no obstante, que manifestarse es un derecho. “Todo mi agradecimiento a los cuerpos policiales y de salvamento movilizados”, dijo en su perfil oficial de Twitter.
Los enfrentamientos han sido especialmente intensos durante la noche en Burdeos, donde los manifestantes han quemado la entrada del Ayuntamiento y se han producido cargas policiales para dispersar a la multitud. Las protestas también han sido violentas en Lyon, donde grupos de encapuchados han lanzado botellas armados, además, con barras de hierro.
La misma escena de batalla campal se ha repetido en Grenoble o en Toulouse, ciudad en la que los manifestantes han incendiado mobiliario público y han escrito grafitis en las paredes en contra de la reforma de las pensiones.
Macron llama “sediciosos” a críticos de la reforma pensional; en las calles no lo bajan de “mentiroso”
El presidente francés, Emmanuel Macron, aseguró este miércoles que quiere ver en vigor su impopular reforma de las pensiones “para finales de año” y calificó de “sediciosos” a los manifestantes que endurecieron las protestas desde su adopción por decreto.
“Esta reforma es necesaria. No me hace feliz. Hubiera preferido no hacerla”, aseguró el mandatario liberal en una entrevista en las principales cadenas de televisión, la privada TF1 y la pública France 2, asumiendo la “impopularidad” de la medida.
Sus declaraciones son “un desprecio para los millones de personas que manifiestan”, dijo Philippe Martínez, líder del sindicato CGT. Macron “ha echado más brasas a un asador bien prendido”, estimó por su parte el jefe del Partido Socialista, Olivier Faure.
El Gobierno enfrenta desde enero un fuerte rechazo a su plan de retrasar la edad de jubilación de 62 a 64 años para 2030 y de adelantar a 2027 la exigencia de cotizar 43 años, y no 42, para cobrar una pensión completa.
Pero la tensión explotó el jueves cuando Macron y su primera ministra Élisabeth Borne anunciaron su adopción por decreto, ya que temían perder la votación en la Asamblea Nacional (cámara baja), incluso con el apoyo de la oposición de derecha.
Desde ese día, París y otras ciudades registran cada noche protestas no declaradas, en las que manifestantes, en su mayoría jóvenes, queman contenedores y otros elementos en su pulso con la Policía.
“No toleraremos ningún desbordamiento”, advirtió Macron, que calificó de “sediciosos” a estos manifestantes y los comparó con quienes asaltaron el Capitolio en Estados Unidos en 2021 y las instituciones en Brasil en enero.
La víspera, en una reunión con los legisladores oficialistas, el mandatario ya advirtió que la “muchedumbre” y los “disturbios” no tenían “legitimidad” sobre los representantes del pueblo, unas declaraciones criticadas incluso por sus aliados.
Las fuerzas de seguridad se encuentran en el punto de mira por los cientos de detenciones practicadas desde el jueves, que en la gran mayoría de los casos se saldan con una liberación sin cargos, y por los métodos usados para controlar las protestas.
Amnistía Internacional alertó este miércoles del “uso excesivo de la fuerza de forma generalizada” y de “las detenciones arbitrarias”, preocupaciones ya expresadas por la oposición de izquierdas, abogados, magistrados e incluso la Defensoría del Pueblo.
*Con información de Europa Press.