La ‘troika’ para Sudán -integrada por Estados Unidos, Reino Unido y Noruega- ha denunciado que el Grupo Wagner, propiedad de un oligarca cercano al presidente ruso, Vladimir Putin, está implicada en el tráfico ilegal de oro en Sudán, unas acusaciones inmediatamente rechazadas desde Jartum.
“En Sudán, el Grupo Wagner, una compañía militar privada vinculada de forma estrecha a Putin, difunde desinformación en redes sociales y participa en actividades ilícitas vinculadas con la minería de oro”, ha señalado, antes de hacer hincapié en que estas actividades “socavan la buena gobernanza y el respeto del Estado de Derecho por el que el pueblo sudanés lucha desde la revolución”.
Los embajadores de la ‘troika’ en Sudán han publicado un comunicado a pocos días de que se cumpla un mes de la ofensiva militar rusa en Ucrania y han incidido en que “si bien la guerra de Putin puede estar a 5.000 kilómetros, Rusia no solo está atacando a Ucrania”.
“También está atacando los principios de la Carta de Naciones Unidas, las normas por las que las sociedades pueden coexistir en paz. Esto debería preocupar a todos los países, particularmente en África”, han dicho, antes de agregar que “las ambiciones de Rusia no se limitan a Ucrania”.
“Si bien el Ejército de Putin ha desencadenado el terror contra ciudades ucranianas, sus fuerzas socavan la estabilidad en todo el mundo”, han manifestado, apuntando al papel de Moscú en la guerra en Siria y al intento de asesinato de Sergei Skripal en Reino Unido.
En este sentido, han argumentado que “el asalto de Putin” contra Ucrania “dice que los países tienen derecho a redibujar las fronteras internacionales por la fuerza”. “Si permitimos que esto se convierta en la norma, abriría la puerta al derramamiento de sangre y la catástrofe en todo el mundo, particularmente en África”, han agregado.
“La invasión rusa está causando además una inestabilidad económica global”, han recalcado, al tiempo que han incidido en que “las acciones de Rusia representan una amenaza global”. “Una amenaza global requiere una respuesta global”, han defendido.
Sin embargo, han reconocido que “Sudán tiene el derecho soberano a decidir sus propias relaciones internacionales”. “Siempre lo respetaremos. Seguiremos apoyando al pueblo sudanés mientras luchan por satisfacer las aspiraciones de la revolución. Los ucranianos también tienen derecho a vivir con libertad, justicia y paz. Tampoco les abandonaremos”, han remachado.
En respuesta, las autoridades sudanesas han negado la presencia de miembros del Grupo Wagner en el país y han acusado a la ‘troika’ de vincular de forma deliberada y arbitraria a Jartum con el conflicto en Ucrania.
El Ministerio de Exteriores sudanés ha tildado además el comunicado de “flagrante interferencia en los asuntos internos de Sudán y una violación aparente de las normas y prácticas diplomáticas establecidas”, según ha recogido el portal de noticias Sudan Tribune.
Los oligarcas, un grupo de magnates y empresarios cercanos a Putin que se benefician ampliamente de las políticas del Kremlin, han sido objeto de diferentes sanciones y cuestionamientos de parte de la comunidad internacional desde que empezó la invasión a Ucrania.
Así, algunos activos se han congelado y otros han sido incautados por las autoridades de distintos países europeos como Francia y Alemania.
Estas sanciones buscan debilitar algunos de los círculos más cercanos a Putin, afectando directamente la economía y los activos de estos individuos en un intento por lograr que estos retiren su apoyo a la invasión por la presión económica.
*Con información de la AFP.
Por ser una noticia de interés mundial, todo el contenido sobre el conflicto entre Rusia y Ucrania será de libre acceso para nuestros lectores en todas las plataformas digitales de SEMANA.