El presidente de Ecuador, Guillermo Lasso, se defendió de las acusaciones en su contra este, frente al Congreso de su país. Según el mandatario goza de “total, evidente e incuestionable” inocencia, en el presunto delito de peculado, por el que la oposición le llevó a juicio político, con el propósito de destituirlo del cargo.
“No hay pruebas ni testimonios relevantes. Más bien lo único que hay son informaciones que comprueban mi total, evidente e incuestionable inocencia”, declaró Lasso en el hemiciclo, en el que la mayoría opositora requiere el voto de 92 de los 137 asambleístas para aprobar una moción de censura y destituirlo.
El juicio
El Congreso de Ecuador inició este martes el juicio político, en un contexto de aumento de la violencia ligada al narcotráfico y de descontento popular por el costo de la vida.
Este podría ser el fin del gobierno de derecha de Guillermo Lasso, que inició su mandato en mayo de 2021. Para la oposición de Lasso, de izquierda, esta es una oportunidad para recuperar fuerzas de la mano de su líder, el exmandatario Rafael Correa, quien está prófugo en Europa y condenado a ocho años de cárcel en Ecuador.
Con la asistencia de 109 de sus 137 miembros, la unicameral Asamblea Nacional abrió la sesión en Quito con la presentación del caso y los primeros argumentos para encausar al mandatario por el presunto delito de peculado.
“Los ecuatorianos nos exigen que solucionemos sus problemas cotidianos y pongamos fin a una irracional confrontación que agota la paciencia de la población, que incrementa el desasosiego y debilita nuestra democracia”, expresó Lasso por Twitter tras el arranque del juicio.
El mandatario, que no está condenado por el delito que se le acusa, dijo que su comparecencia ante la Asamblea se daría para enfrentar un “Juicio sin pruebas”.
Apoyo
Este martes se han visto centenas de simpatizantes del gobierno concentrados de manera pacífica en los alrededores del Congreso, que está acordonado por la policía. En las afueras estaban instaladas pantallas gigantes, una de las cuales transmitía propaganda gubernamental.
Los seguidores del gobernante ondeaban banderas de Ecuador, lanzaban gritos contra los asambleístas y mostraban carteles con consignas como “¡Viva la democracia!” y “Defendemos la democracia y la paz”.
Un juicio a un presidente “es uno de los puntos más graves del acto político entre la Asamblea y presidencia, entre dos poderes del Estado”, comentó a la AFP el politólogo Esteban Nichols, de la Universidad Andina Simón Bolívar de Quito.
¿Qué sigue?
El proceso, cuya votación podría tomar varios días, despierta los fantasmas de la inestabilidad política que vivió Ecuador entre 1997 y 2005, cuando tres gobernantes que surgieron de las urnas fueron derrocados.
Según las denuncias, relacionadas con el manejo de la naviera estatal Flota Petrolera Ecuatoriana, Flopec), el presidente continuó con un contrato firmado antes de su posesión para el transporte de crudo, con el grupo internacional Amazonas Tanker, que dejó pérdidas por más de seis millones de dólares.
El mandatario, de 67 años, nuevamente queda entre la espada y la pared. En junio pasado el Parlamento intentó mediante votación directa destituirlo en medio de violentas protestas indígenas contra el alto costo de vida.
En ese momento al Congreso le faltaron 12 votos para concretar la remoción, tras una grave crisis política y conmoción interna. Si se salva nuevamente, Lasso no tendrá más que “ver cómo el país sigue por el despeñadero” al tener que gobernar con un Congreso opositor y sin puentes de comunicación, señaló a la AFP el constitucionalista Rafael Oyarte.
Sangrientas manifestaciones contra el gobierno y fracasos en las urnas han debilitado la imagen del mandatario. Organizaciones sociales antigobierno también han llamado a movilizaciones este martes mientras se desarrolla el juicio.
Con información de AFP