El pasado 10 de julio tuvo lugar otro episodio definitivo en una de las historias de abuso sexual, engaño y asesinato más horrendas que se hayan dado en Brasil y toda Latinoamérica.
Ese día un tribunal de ese país, le impuso a João Teixeira de Faria, mejor conocido como João de Deus (Juan de Dios), una nueva sentencia adicional de 99 años de prisión por cargos como la violación de personas vulnerables y la violación por medio de fraude de ocho víctimas que llegaron a su centro de atención en busca de ayuda espiritual entre 2010 y 2018.
Así, João de Deus carga con una condena de 370 años, 9 meses y quince días en la cárcel, ya que antes había sido declarado culpable de otros cargos similares. Así mismo, deberá pagarles unos 20.000 dólares de compensación a las víctimas por daños morales.
Según reportes de la prensa local, cuando el juez cerró la sesión, llenaba el aire una sensación de alivio y de incredulidad, ante la convicción de que el reino de terror de este supuesto hombre de fe llegó a su fin.
João de Deus empezó su supuesto magisterio en los años 1970, cuando empezó a extenderse por su país y luego por el mundo su fama de sanador y gurú espiritual, desde su clínica, la Casa de Dom Inácio de Loyola, en la pequeña ciudad de Abadiânia.
Los poderes sobrenaturales que él mismo proclamaba tener, terminaron por atraer a su consultorio a pacientes en masa que buscaban curación física, pero también espiritual.
Así, allí realizaba procedimientos quirúrgicos “milagrosos” sin anestesia y que implicaban incisiones o intervenciones en diferentes partes del cuerpo.
Todo ello a pesar de que no tenía la más mínima formación en medicina ni nada parecido.
Las multitudes alrededor de su clínica, obligaron a idear todo un dispositivo de atención y seguridad, pero, así mismo, sus ingresos se volvían fabulosos, ya que el lugar se volvió no solo un sitio de peregrinación para personas con dificultades de salud leves o graves, sino de turismo.
El gurú, además ofrecía otros servicios como la venta de agua bendecida por él, sesiones en una cama de cristal o píldoras de hierbas medicinales. Solo en estas últimas llegó a recolectar ganancias por 40 millones de dólares.
La fama de João de Deus trascendió fronteras y su caso ya no solo fue seguido por las cámaras de Brasil, sino que personajes de la talla de Oprah Winfrey, la mujer más poderosa de la industria de la televisión estadounidense, supo de él y le dedicó varios programas. Incluso, se trasladó a su clínica para experimentar en carne propia el fervor que suscitaba en Brasil.
Así mismo, se dijo que muchas celebridades del poder, la farándula y las grandes fortunas fueron sus pacientes, entre ellos el expresidente Bill Clinton.
Hasta ahí, todo parecería un caso más de los muchos que se ven en América Latina en materia de supuestos curanderos milagrosos, pero, tras años de silencio y encubrimiento, se reveló la negra sombra que ocultaba aquella obra supuestamente inspirada por el cielo.
En 2018, unas 300 mujeres, incluida una de sus hijas, causaron asombro en Brasil al denunciar años y años de abusos sexuales por parte del curandero elegido por Dios.
Pronto, fueron saliendo a la luz copiosos relatos que dibujaban a un verdadero criminal y manipulador, quien se valía de las vulnerabilidades y los problemas físicos y emocionales de sus pacientes para violarlas y hacerlas cumplir con sus más perversos deseos carnales.
Así mismo, se supo que, durante una década, él montó un esquema de venta de bebés que concebía con adolescentes a las que convirtió en sus esclavas sexuales.
Una activista brasileña, Sabrina Bittencourt, afirma haber hablado con parejas de tres continentes, las cuales aseguran que él les vendió a sus hijos por alrededor de 50.000 dólares.
Para colmo de su maldad, muchas de esas esclavas fueron asesinadas luego de cumplir con la función de traer al mundo a las criaturas.
No obstante, algunos cronistas brasileños afirman que esta faceta criminal de João de Deus está todavía por explorar.