Para el Congreso peruano, este viernes ha sido un día de mucha agitación. El país vive momentos políticos complejos luego del autogolpe de Estado de Pedro Castillo. Y en el Parlamento, que está en el último día de la legislatura, se debate de nuevo si se adelantan las elecciones.
Pero otro tema marcó la agenda. El Congreso discutió también la propuesta de moción para declarar al presidente Gustavo Petro persona no grata en ese país.
Ganó el sí con 72 votos a favor, 29 en contra y 7 abstenciones, según informó el medio Epicentro.TV, dirigido por la colombiana Clara Elvira Ospina. La propuesta había sido liderada por la presidenta de la Comisión de Relaciones Exteriores, María del Carmen Alva.
En el texto, aprobado por el Parlamento, se señala que el primer mandatario “ofendió” a la Policía Nacional del Perú, al país y, al “banalizar el Holocausto”, también ofendió a todo el pueblo judío. Así mismo, le pide a la Cancillería que realice todas las gestiones posibles para que el primer mandatario no ingrese al país en el futuro.
Esto porque el presidente colombiano había dicho que “en el Perú marchan como nazis contra su propio pueblo, rompiendo la Convención Americana de Derechos Humanos”. Esa frase del presidente Gustavo Petro encendió el debate en Perú.
Tras esa declaración, el Congreso pidió la moción motivada en las “inaceptables declaraciones públicas” del presidente Gustavo Petro sobre la actuación de las fuerzas del orden durante unas protestas reprimidas violentamente, que han dejado ya más de 60 muertos después de poco más de dos meses. Sobre esto, el primer mandatario colombiano había dicho: “Lo que se desarrolla en Perú es una masacre contra la población. Es imprescindible una salida política y pacífica. Detener la muerte y sentarse a hablar”.
El pasado mes de enero, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Perú envió una nota diplomática a la Embajada de Colombia, con una “enérgica protesta” en respuesta a las más recientes expresiones del presidente Gustavo Petro sobre el ingreso de las autoridades al campus de la Universidad de San Marcos. Para el Gobierno de Perú, las expresiones del mandatario colombiano constituían una nueva forma de injerencia.
Este es el texto completo de la moción
En una entrevista en SEMANA, el presidente Petro había hablado extensamente de su defensa a Pedro Castillo. “Ese presidente, elegido popularmente, es de la Sierra. Lo tumban, entre otras razones, porque es de la Sierra, porque es pobre”, dijo.
Al preguntarle por Pedro Castillo, Petro afirmó que es una víctima: ”Hay un presidente elegido popularmente que ningún juez ha condenado y, aun así, lo captura su propia escolta de la Policía y lo pone preso”, dijo.
El mandatario colombiano aseguró que la misma Convención Americana que lo defendió a él cuando era alcalde de Bogotá, cuenta con el artículo 23 de derechos políticos en el que “nadie puede quitarle los derechos políticos a un jefe de Estado si no es por la sentencia de un juez”, algo que, según el mandatario colombiano, se violó al detener al exmandatario peruano.
El duro editorial del diario ‘El Comercio’ contra Petro
Un día antes de la votación del Congreso, el diario El Comercio escribió un sentido editorial a propósito de las constantes injerencias de Gustavo Petro en la política peruana, pero especialmente frente a su comparación con el nazismo.
“Una sentencia que sugiere que el restablecimiento del orden por parte del Estado, encabezado legítimamente por la presidenta Dina Boluarte, constituye un atropello semejante a los que perpetraban las tropas del dictador Adolf Hitler en la Alemania de la primera mitad del siglo XX”, dijo el diario.
“¿Es que acaso es ‘nazi’ ejercer la autoridad que la Constitución le confiere al Gobierno ante partidas vandálicas que bloquean, destruyen e incendian propiedad pública y privada?”, agrega el diario. Y se pregunta luego: “¿Qué habría sido lo democrático? ¿Dejarlos arrasar comisarías, aeropuertos, comercios y locales del Ministerio Público o el Poder Judicial? Como es obvio, no”.
El periódico hace el recuento de todas las veces que el presidente colombiano ha intervenido en su política interna. Y, al final, concluye que son una colección “de patrañas que han enrarecido las relaciones entre Colombia y el Perú, pero que, sobre todo, revelan los extremos a los que son capaces de llegar los cómplices internacionales del atentado contra la Constitución que ensayó Pedro Castillo, con tal de empujar la ficha de sus intereses políticos e ideológicos en el continente”.