Después de cuatro días del lamentable intento de asesinato contra el actual candidato a la Presidencia de Estados Unidos Donald Trump, su jefe de comunicaciones para la región, Jaime Flórez, habló con SEMANA sobre el día en que ocurrieron los hechos. También se refirió al papel del Servicio Secreto que resguarda la vida del exmandatario y contó cómo será la estrategia dentro de la campaña después de los acontecimientos.
SEMANA: ¿Cómo recibieron la noticia del atentado ustedes como miembros de la campaña de Trump? ¿Dónde estaba en ese momento y qué fue lo primero que se le pasó por su mente?
Jaime Flórez (J. F.): Estaba en el aeropuerto de Miami, listo para abordar mis vuelos hacia Milwaukee y veníamos para la Convención Nacional Republicana. Me llamaron de los medios de comunicación a preguntar por las reacciones, algo más o menos similar a lo que estás haciendo tú en este momento. La diferencia era que yo no tenía ninguna información.
No me había enterado absolutamente de nada, estaba en una sala de espera del aeropuerto donde no había monitores de televisión y pues a través de mis colegas en los medios me enteré de lo que estaba sucediendo. De inmediato nos pusimos en contacto con la campaña mientras hacíamos la fila para entrar al avión y desde el avión pudimos entregarles a los colegas de la cadena Telemundo y de la estación de Radio La Poderosa de Miami las primeras reacciones, las primeras, digamos, notas, detalles de los acontecimientos, fundamentalmente el hecho de que el presidente había salido ileso, que se trataba evidentemente de un atentado, que no había ningún tipo de riesgo contra el presidente. No sabíamos en ese momento que el asesino, el francotirador, había abatido a una persona –que había sido un bombero voluntario de la zona de Pennsylvania donde estaba desarrollándose el evento– y había dejado heridas a dos personas más.
No hay mal que por bien no venga. Y creemos que quedó claro que en ese momento el presidente pudo mostrarle al país su valentía, su valor, su decisión de seguir adelante con su campaña, con su misión, con su cometido, que es volver a hacer grande a los Estados Unidos.
SEMANA: Muchos han catalogado esto como un error del Servicio Secreto de los Estados Unidos. ¿Usted cree que esa responsabilidad pudo recaer en algún momento en el Servicio Secreto?
J. F.: Si hay alguna responsabilidad en el Servicio Secreto, es una responsabilidad que sería la de la estructura burocrática de esa organización. Yo creo firmemente y le doy mucho crédito, mucho valor a los hombres del Servicio Secreto que están dispuestos a ofrendar inclusive su propia vida para salvar la de aquellos que protegen.
SEMANA: Sobre la reacción al atentado del presidente Gustavo Petro, que no fue un mensaje directo de solidaridad con el candidato, como sí lo hicieron otros presidentes de la región, ¿cómo interpretó usted ese mensaje?
J. F.: No tiene ninguna importancia. Es decir, seamos claros y concretos, Gustavo Petro no significa absolutamente nada para el panorama político de los Estados Unidos al día de hoy. Por el contrario, yo creo que el presidente tiene que estar muy satisfecho de que los grandes líderes, los líderes de verdad en el mundo, lo llamaron a felicitarlo. Sigue sabiendo que no es el presidente en ejercicio de los Estados Unidos y aún así hicieron el esfuerzo el primer ministro de la Gran Bretaña, la primera ministra de Italia, los grandes líderes en el mundo llamaron al presidente Trump para expresarle su solidaridad y su apoyo en un momento difícil. Que el presidente de Colombia no lo haya hecho realmente carece de toda importancia.
SEMANA: ¿Cree que los comentarios que ha hecho el presidente Gustavo Petro pueden afectar la relaciones entre Colombia y Estados Unidos en caso de que Trump llegue al poder?
J. F.: Definitivamente sí. Son comentarios irresponsables y son comentarios que afectan toda una serie de aspectos de la vida nacional colombiana, el comercio internacional, las relaciones de este país, de los Estados Unidos que lidera pues el mundo libre con Colombia. Los aspectos económicos, pues seguramente también habrá algunos escollos que superar, pero esperemos que llegue el presidente Trump a la Casa Blanca y de pronto, pues habrá algunos cambios en la postura colombiana a partir de ese momento.
SEMANA: En caso de que el presidente Donald Trump no gane las elecciones presidenciales en los Estados Unidos, ¿él aceptaría esa derrota?, teniendo en cuenta lo que ocurrió en las pasadas elecciones.
J. F.: Me parece que es mucho más importante que pensemos en si la gente que va a votar en las elecciones va a aceptar que haya algún tipo de fraude o algún tipo de irregularidad como las que evidentemente se produjeron en el año 2020.
Hay un porcentaje muy significativo de la opinión pública en los Estados Unidos que todavía no está satisfecha con el resultado de esas elecciones de 2020, porque el presidente ha dicho y lo dijo en el debate es: si las elecciones son elecciones correctas y las cosas se llevan a cabo como se deben llevar, yo no tengo ningún problema en aceptar eso; pero si vuelven a ocurrir irregularidades como las que vimos en el año 2020, pues seguramente habrá no solamente descontento por parte del presidente, sino que la gente (sentirá que) no es su derecho, como es el derecho de todos los ciudadanos en cualquier democracia.
SEMANA: La campaña, la ciudadanía, el votante... ¿cómo recibieron la elección del señor J.D. Vance como el candidato a la vicepresidencia de Donald Trump?
J. F.: Con mucho beneplácito. El senador es alguien muy representativo de nuestro partido, representa además un segmento muy importante de nuestra población, que es el segmento más joven que de alguna manera ha estado un tanto ausente en las últimas campañas, particularmente las presidenciales.
Una de las quejas que la gente se hace y una de las razones por las que mucha gente dice yo no quiero votar en esa oportunidad es porque ven que los dos candidatos ya peinan canas hace mucho tiempo y el que haya ahí una persona de menos de 40 años en la fórmula vicepresidencial no solamente es algo que va a traer muchos votantes.
Es una persona que está perfectamente capacitada para asumir la Presidencia de los Estados Unidos en cualquier momento o para ser el candidato republicano para la elección de 2028. Va a ser el abanderado de la nueva generación en el Partido Republicano, no solamente en la Casa Blanca.
SEMANA: ¿Usted cree que va a afectar de alguna forma el voto latino al no tener a una persona de ese origen en la candidatura a la vicepresidencia de los Estados Unidos?
J. F.: Los problemas que tenemos son tan graves, a la gente no le alcanza el dinero para comprar los alimentos básicos, la gente tiene que pensar si llena el tanque o compra el cereal del desayuno de los niños, estamos cansados de ver pasar por la frontera cantidades y cantidades de personas que vienen no solamente de países latinoamericanos.
Está viniendo gente de todos los rincones del mundo a los Estados Unidos, están entrando en cantidades enormes, no sabemos quiénes son, no sabemos qué antecedentes tienen, han aumentado las tasas de criminalidad por todo el país, el narcotráfico, el tráfico de personas, en fin, todo eso es de una gravedad enorme.
Yo no creo que en este momento sea muy importante la nacionalidad o el origen étnico de quien sea el vicepresidente de los Estados Unidos. Lo que la gente quiere es que le resuelvan sus problemas y la gente recuerda con mucha satisfacción que hace cuatro años esos problemas no existían. Durante la administración Trump teníamos la frontera controlada, teníamos la inflación en 1,4 % y teníamos la tasa de desempleo en su nivel más bajo en la historia.
SEMANA: ¿Como recibe el apoyo de Nikki Haley, de Ron DeS0antis y otros republicanos que antes habían criticado al expresidente Trump de alguna forma y hoy se muestran muy aliados del candidato?
J. F.: Pues con mucho afecto, con mucha euforia, me atrevería a decir, en la medida en que, pues estamos viendo que el presidente es capaz de unir... este país necesita unirse. Los problemas que tenemos son tan graves, son tan serios, son tan trascendentales, que no podemos ya estar dividiéndonos por cosas que no tienen mucha importancia.
Yo creo que inclusive en el discurso del presidente mañana debe haber un poco sobre eso, sobre la necesidad de unidad nacional para poder salir de los problemas que nos están aquejando a todos. Aquí las cosas han aumentado. Yo pongo como ejemplo que el galón de leche ha aumentado 20 % para todo el mundo, para los afroamericanos, para los hispanos, para los blancos, para los que tienen títulos. Todos estamos atravesando las mismas dificultades. No es momento de estar pensando en lo que nos divide, sino más bien estar uniéndonos para resolver los problemas que nos aquejan.
SEMANA: Una de las desventajas que ha afectado al expresidente Trump en esta campaña han sido las investigaciones en su contra por líos ilegales y los casos en su contra. ¿Cuál es su opinión al respecto?
J. F.: Lo que pasa es que nuestros adversarios han subestimado la inteligencia de la opinión pública en los Estados Unidos. La gente aquí se ha dado cuenta de lo que ha venido diciendo el presidente Trump, que esto es una cacería de brujas, esto es el uso indebido por parte de la Administración Biden, del Partido Demócrata y de su campaña presidencial de las instancias judiciales para atacar a sus adversarios políticos para complicarles la vida.
Han tratado de perseguir las finanzas del presidente Trump para que no pueda usar su dinero en la financiación de la campaña, han atacado también al presidente Trump para que esté en una corte de Nueva York durante un mes entero y no puede hacer las funciones propias de un candidato presidencial en una campaña, han hecho todo lo que han querido y todo se les ha venido cayendo abajo como un castillo de naipes.
Se han desmantelado todos los procesos. La Corte Suprema decidió a su favor en el tema de la inmunidad, el proceso sobre los documentos que se salieron con todo su equipaje y todo su todas sus cosas de la Casa Blanca. En fin, se han venido cayendo uno tras otro, desmantelándose uno tras otro. El presidente está completamente tranquilo, no va a haber ningún proceso que lo afecte de aquí al día de las elecciones. Y la victoria va a ser suya.