SEMANA: ¿Cuál cree que es la parte más valiosa del proyecto político de Gustavo Petro?
Rasmus Hansson: Lo más importante es lograr un futuro pacífico para el pueblo colombiano, que ha pasado por décadas de guerra, matanzas, conflictos y luchas. Y, como todos, los colombianos merecen algo totalmente diferente, que es paz, prosperidad y esperanza para el futuro.
Entonces, en parte, esta fue para mí una oportunidad de contribuir a arrojar luz sobre el trabajo que el pueblo colombiano está haciendo por la paz y espero que eso sea un estímulo para el proceso. Y lo que me llamó la atención de ese proceso, que conozco desde hace mucho tiempo, porque casualmente los noruegos conocen la paz, la lucha por la paz en Colombia, fue la introducción por parte del presidente Petro de otro aspecto extremadamente importante del proceso de paz, a saber, el hecho de que la paz, una paz duradera para los pueblos, nunca podrá lograrse sin incluir la paz con la naturaleza, el medio ambiente y el clima.
Y ese es un mensaje que, primero que nada, creo que es muy constructivo para el proceso de paz colombiano, pero también un mensaje muy importante para el resto del mundo, donde muchísimas personas luchan con los mismos problemas y las mismas tareas y es necesario entender lo mismo que ha señalado el presidente Petro.
SEMANA: En Colombia, este proyecto de ‘paz total’ ha sido muy criticado por dar impunidad a los narcotraficantes y otros criminales. ¿Qué piensa al respecto?
R.H.: He oído hablar de esto y respeto profundamente el problema. Lo que puedo decir es, número uno, obviamente como todos los colombianos sabemos muy bien, después de tantos años de un proyecto tan complicado en el que estamos teniendo conflictos con tantos jugadores y tantos intereses diferentes en conflicto, nadie jamás estará totalmente feliz y totalmente contento con el resultado del proceso de paz.
Y en cualquier proceso de paz, siempre habrá que tomar decisiones muy difíciles, hacer concesiones muy duras y, ciertamente, también habrá que cometer muchos, muchos errores. Todos los procesos de paz exitosos han dejado un gran número de cuestiones sin resolver, personas insatisfechas y falta de justicia en diversas direcciones.
Pero el resultado, de alguna manera, tiene que ser un compromiso entre todas estas cosas difíciles, donde la gente finalmente decida mirar hacia adelante y no hacia atrás, aunque eso, por supuesto, es muy difícil y terrible para algunos o para muchos.
Y eso también va a pasar en Colombia y todo el mundo lo sabe. Pero la cuestión concreta de estos narcotraficantes es algo sobre lo que evidentemente no puedo tener una opinión cualificada.
SEMANA: Usted es un reconocido ambientalista, ¿qué piensa de las propuestas del presidente en esta causa?
R.H: Bueno, esas políticas son la razón por las que lo nominé para el premio. Porque muchos líderes mundiales están haciendo un trabajo impresionante para lograr la paz en todo el mundo. Pero Gustavo Petro ha introducido, como dije, el concepto de la necesidad de lograr la paz con la naturaleza y el medio ambiente, además de la paz con las personas, o como requisitos previos para la paz con las personas.
Pero también ha tomado medidas audaces y bastante singulares. La más notable es la declaración del cese de nuevas exploraciones de petróleo y gas, lo que ha causado impresión en Noruega, donde todavía continuamos con la exploración de petróleo y gas y mantenemos un intenso debate al respecto.
Al dar ese ejemplo en un país con una cantidad tan grande de problemas, el presidente Petro se presenta como un líder previsor y audaz en el mundo. Y en mi opinión, como ambientalista, él ha estado trabajando exactamente con estos problemas durante muchos años.
SEMANA: ¿Ha nominado antes a otra persona para el Premio Nobel o es la primera vez?
R.H: He nominado a varias personas para el Premio Nobel de la Paz. Hace dos años fue un activista del Tíbet que luchó por la libertad y el derecho de expresión de opiniones para su pueblo y terminó durante muchos años en la prisión china.
El año pasado nominé a Narges Mohammadi, que es una activista por la libertad iraní increíblemente valiente y audaz, que pasa su vida en condiciones horribles en las cárceles de Teherán, luchando contra la dictadura religiosa en su país, y que recibió el premio Nobel de la Paz.
SEMANA: ¿Cómo es el proceso de nominación? ¿Cuáles son los documentos que piden presentar?
R.H.: El proceso es, en primer lugar, que el Sr. Alfred Nobel, cuando instituyó el Premio Nobel, hizo algo por la Academia Sueca, entregó la mayoría de los premios, las ciencias, las artes, esos premios, pero señaló al parlamento noruego para entregar el premio de la paz.
Eso significa que los miembros del parlamento noruego son aquellos a quienes se les permite y solicita nominar candidatos para el premio de la paz cada enero de cada año, además de algunos otros grupos de personas.
Quizás haya unas 200 personas en total que puedan nominar para el premio de la paz. Luego, hay un formulario sencillo y un procedimiento técnico donde se llenan los candidatos y el breve motivo de la nominación.
SEMANA: ¿Se han conocido otros nominados hasta ahora a este premio que van a competir con el presidente Petro o aún no se conocen?
R.H.: Bueno, conozco algunos porque hay cierta atención de los medios sobre algunos de los candidatos. Pero en su mayor parte, no sé quiénes han sido nominados, pero ciertamente es una mezcla de personas y organizaciones.
SEMANA: ¿Cree que Gustavo Petro puede ganar el Nobel?
R.H.: En parte, uno de los participantes que sé que ha sido nombrado es el jefe de la OTAN, el noruego Jens Stoltenberg, que es una persona absolutamente respetable e inteligente, por supuesto, que está haciendo un trabajo extremadamente importante.
Pero yo diría que el ejemplo del presidente Petro es algo más innovador. Más alentador que el muy bueno y respetable trabajo que está haciendo el señor Stoltberg, que se trata más bien de hacer su trabajo.
El presidente Petro está marcando un nuevo estándar, que creo que merecerá el premio incluso más que ese candidato. Luego, creo que la organización de las Naciones Unidas para el apoyo a Palestina ha sido nominada, Yun Erva, y ese obviamente es hoy en día un candidato muy fuerte y sería una declaración política muy fuerte; por supuesto, también extremadamente controvertida.
Así que es difícil para mí decir si ese es un candidato mejor o peor que el señor Petro. Ciertamente, son muy diferentes, pero ese es un ejemplo de cuán diferentes son estos candidatos y el tipo de deliberaciones que tiene que hacer el comité.
SEMANA: Aquí en Colombia, cuando se hizo público que usted nominó al señor Petro para este premio, le echamos un vistazo a las redes sociales y revisamos su perfil. Hay unos videos muy divertidos en donde usted sale disfrazado de varias personas. Algunas personas comentaron que a lo mejor no era un hombre muy serio el que nominó a Gustavo Petro. ¿Qué piensa usted al respecto?
R.H: Bueno, en general, creo que a las personas que se toman a sí mismas demasiado en serio no se les debe tomar en serio. Yo soy una persona que intenta hacer chistes tontos de vez en cuando, creo que es una buena idea.
También soy una persona muy seria como biólogo, con mucha formación extra. Llevo muchos años trabajando en la biología del Ártico y en los osos polares. Llevo muchos años liderando la protección de la vida silvestre en Noruega.
Llevo muchos años trabajando en la función pública noruega. He estado trabajando con la cooperación al desarrollo. No he estado en Colombia, pero he estado trabajando en América Latina por todo el mundo.
Y ahora soy parlamentario en mi segundo mandato. Por eso creo que soy muy serio y tengo mucho conocimiento. Y siempre he estado muy interesado en el mundo que me rodea. Estoy bastante comprometido con la lucha por la libertad en Ucrania.
En ese sentido, creo que soy un tipo bastante serio. Pero no me tomo demasiado en serio.
SEMANA: ¿Cómo cree que es la forma correcta de elegir a la persona adecuada para el premio?
R.H.: Esa es la pregunta, por supuesto, la cuestión con la que el Comité del Premio Nobel se debate cada año. Y como probablemente sepa, el Comité del Premio Nobel de la Paz se selecciona entre un grupo de noruegos notables que son totalmente independientes de la política gubernamental.
Es un grupo de personas totalmente independientes a las que se considera que tienen muy buen criterio. Y siempre tienen que sopesar muchas consideraciones entre sí: cuán controvertido, constructivo, innovador debe ser el premio o en qué medida debe ser un reconocimiento por un trabajo largo y duro que ha dado resultados. ¿Hasta qué punto hay que reconocer nuevas ideas, intentos valientes que aún no han dado resultado?
Debería provocar el pensamiento. Debería intentar cambiar las cosas, lo que significa que debería estar dispuesto a correr riesgos, significa que a veces tienen éxito y otras no.