El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, dio comienzo a una tercera era en el Palacio de Planalto, después de que este domingo –1 de enero– se posesionara como jefe de Estado, tras su victoria en las urnas a finales de octubre. En la ceremonia de juramentación estuvieron presentes varios de sus homólogos en la región (entre ellos el colombiano, Gustavo Petro).

El abrazo entre los mandatarios de Brasil y Colombia fue uno de los momentos que no pasó desapercibido en la jornada. Un saludo al que se sumó (por mencionar algunos) el argentino, Alberto Fernández; el paraguayo, Mario Abdo Benítez y el ecuatoriano, Guillermo Lasso. Otros de los asistentes fueron el rey de España, Felipe VI, así como delegaciones de medio centenar de naciones.

En el marco de la agenda de Gustavo Petro en Brasilia, el mandatario sostendrá este lunes un encuentro con Lula da Silva, en la primera reunión bilateral en funciones: El camino de una nueva política antidrogas no violento, el rescate de la selva amazónica, la integración económica en América Latina, la red integrada de energía eléctrica con energías limpias y el relanzamiento de las relaciones entre ambos países serán los temas a abordar.

“En la posesión del presidente Lula en Brasilia. Ojalá estos cambios políticos provoquen el camino irreversible de la integración de América del Sur”, señaló Petro en su cuenta de Twitter poco antes de que comenzara la ceremonia oficial de juramentación. En la misma, calificada por él como “progresismo iberoamericano”, estuvieron presentes miles de personas.

“Vamos por una alianza fundamental”, agregó el presidente colombiano en el marco de su paso por el ‘gigante suramericano’. Durante su estadía en Brasil, Gustavo Petro estará junto al canciller, Álvaro Leyva Durán; la ministra de Ambiente y Desarrollo Sostenible, Susana Muhamad, así como la Jefe de Gabinete de la Presidencia, Laura Sarabia.

Lula promete “reconstruir” Brasil

En su tercera ocasión en el Palacio de Planalto, Lula da Silva se refirió a la reconstrucción del país y “reconciliación” entre los ciudadanos. La investidura estuvo marcada por la ausencia de su predecesor, Jair Bolsonaro, quien desde que fue derrotado en las urnas disminuyó su nivel de apariciones en público y pronunciamientos.

“Asumimos el compromiso de combatir todas las formas de desigualdad (...) Es inaceptable que sigamos conviviendo con prejuicios, discriminación y racismo. Somos un pueblo de muchos colores y todos tienen que tener los mismos derechos y oportunidades”, fue parte del mensaje que entregó quien ya gobernó el país entre 2003 y 2010.

La ceremonia comenzó con un minuto de silencio en memoria del papa emérito Benedicto XVI y el exfutbolista Edson Arantes do Nascimento, mejor conocido en la esfera pública como ‘Pelé’. Ambos murieron la semana anterior a los 82 y 95 años respectivamente.

“Vaciaron los recursos de salud, desmontaron la educación, la cultura, la ciencia y la tecnología, destruyeron la protección del medio ambiente”, añadió el mandatario en alusión a la deforestación de la Amazonía. Al izquierdista lo respaldaron este domingo una veintena de jefes de Estado, uno de los mayores números para una toma de posesión en Brasil.

Washington envió a la secretaria de Interior, Deb Haaland, la primera indígena en hacer parte de un gabinete en Estados Unidos. En representación de China estuvo el vicepresidente, Wang Qishan.

Ante la ausencia de Jair Bolsonaro, el cacique Raoni junto a representantes de otras minorías y clases populares brasileñas fueron quienes asumieron la entrega de la banda presidencial, una cinta de seda verde y amarilla bordada en oro y diamantes, que Lula recibió sin poder contener las lágrimas.

*Con información de AFP.