Un video de un perro abatido durante un control contra la covid-19, canciones insultantes contra el gobierno y enfrentamientos con la autoridad, son algunas de las formas que los habitantes de Shanghái usan para descargar en las redes sociales su rabia contra las medidas adoptadas en China contra el virus.
China -comprometida con una estrategia de “Cero covid”- registró tasas de mortalidad relativamente bajas desde el comienzo de la pandemia, pero este balance implicó el cierre de fronteras, cuarentenas interminables y exámenes masivos.
Pero con la difusión de la variante ómicron, Shanghái acaba de superar los 20.000 casos de covid-19 diarios.
La Comisión Nacional de Salud informó de 20.472 contagios en su último balance, superando incluso las cifras del primer brote de la pandemia detectado en la céntrica ciudad de Wuhan hace dos años. Sin embargo, a diferencia de entonces, la mayoría de casos fueron asintomáticos y las autoridades sanitarias no reportaron ninguna muerte debido a la covid-19.
Y el confinamiento, inicialmente anunciado como una medida progresiva y localizada, parece eternizarse, en el momento en que el resto del mundo aprende a vivir con el virus.
Muchos de los 25 millones de residentes de Shanghái parecen cansados de los discursos triunfalistas del Partido Comunista en el poder, y derraman su furia en las redes sociales ante la escasez de alimentos, las restricciones y el exceso de celo de las autoridades.
En un video, verificado por la AFP, se puede ver a un funcionario vestido con un traje de protección aporreando a muerte a un perro en plena calle. Un medio de comunicación local informó el jueves que el comité de barrio había confesado haber eliminado al animal por “miedo a infectarse”, admitiendo que se trataba de un acto “irreflexivo”.
El video se difundió por las redes sociales, a pesar de la estricta censura de internet en China.
Controlar el deseo de libertad
En otro video viral con aspecto distópico, un dron sobrevuela de noche un complejo de viviendas, difundiendo un mensaje que exhorta a los residentes a “dominar el deseo de libertad de (su) espíritu”.
Las imágenes, que no fueron verificadas, son presentadas como una reacción de las autoridades del barrio a consignas injuriosas lanzadas contra ellas por los habitantes desde sus balcones.
Otros videos virales, cuya localización sí fue verificada por la AFP, muestran a habitantes luchando con funcionarios uniformados, mientras que otros irrumpen en una calle a través de una barricada gritando “queremos verduras baratas”.
El conjunto de estas imágenes constituye una rara expresión pública de cólera popular y un desafío al discurso del gobierno sobre su estrategia de control de la pandemia.
Pero según Steve Tsang, director del instituto chino de la universidad SOAS en Londres, es poco probable que el régimen cambie de estrategia, ya que utiliza su “victoria” sanitaria para legitimar su autoridad sobre el país.
“El ‘Cero covid’ no es solo la política del Partido, es la política (del presidente) Xi Jinping”, dice.
Las cifras oficiales muestran que la gran mayoría de los más de 100.000 casos registrados en Shanghái en las últimas semanas son asintomáticos.
Sin embargo, decenas de miles de camas fueron instaladas en centros de cuarentena para aislar a las personas infectadas.
Las autoridades no flexibilizaron su norma de separación de los niños positivos al coronavirus y de sus padres indemnes hasta después de la difusión de videos que mostraban salas llenas de niños pequeños aislados.
Esas imágenes provocaron una indignación generalizada.
Para los expertos, lo que sucede en Shanghái y las reacciones en las redes sociales ponen de relieve el rompecabezas en el centro de la política del gobierno central.
“En cuanto a encontrar un equilibrio entre la necesidad de proteger la salud y la necesidad de proteger la estabilidad socioeconómica, no estoy seguro de que este sea el enfoque correcto”, observa Yanzhong Huang, especialista en asuntos de salud del centro de estudios Council on Foreign Relations, con sede en Estados Unidos.
*Con información de AFP