Luego el incidente que ocasionó un pasajero al abrir una de las puertas de seguridad en pleno vuelo de la compañía Asiana Airlines en Corea del Sur el pasado mes de mayo, esta empresa aérea optó por no vender las sillas cercanas a las salidas de emergencia, además de capacitar a su personal para que estén más al tanto de los comportamientos de los pasajeros durante el vuelo.

El hombre que realizó esta peligrosa hazaña podría someterse a unas sentencia de diez años por violar la ley de seguridad de aviación de Corea del Sur. Lo único que se conoce hasta el momento es que el hombre se motivó a realizar este acto debido a que había perdido su empleo recientemente, además del estrés y el agobio que estaba sintiendo al momento de abordar el vuelo.

A pesar de que algunos de los 194 pasajeros a bordo sufrieron de hiperventilación y nueve personas tuvieron que ser trasladados a centros asistenciales para una mejor valoración, no hubo víctimas fatales ni heridos de gravedad, algo que permitiría que la condena del hombre culpable no sea tan larga.

No obstante, los relatos de las personas dentro y fuera del avión son de suma importancia tanto para la justicia surcoreana, con el fin de dar una acertada sentencia, como para la opinión pública, que es muy curiosa en estas situaciones.

Para agrado de muchos, uno de los pasajeros que iba al lado del hombre que abrió esta puerta contó su experiencia para el medio CNN.

Una de las frases más llamativas de Lee Yoon-jun es cuando se pronuncia sobre el momento exacto del inicio de la ‘película de terror’ a más de 200 metros de altura: “Sentí el horror de la muerte. Pensé: voy a morir. Este es mi final”, además de agregar al relato: “En las películas de catástrofes, todo el mundo parece morir siempre cuando se abre una puerta en el aire. Me pregunté qué había hecho mal en mi vida. Fue solo un momento fugaz, pero tuve muchos pensamientos”.

También, Yoon-jun recuerda lo que pasaba por la mente de él y del hombre que había abierto la puerta: “Cuando miré hacia abajo, me di cuenta de que sus pies se balanceaban con el viento”.

Otro de los momentos que recuerda con alegría y temor a la vez es cuando el avión tocó tierra, mostrando la destreza de los pilotos y el personal en el aeropuerto: “Mientras miraba a la azafata, oí el sonido de alguien a mi lado desabrochándose el cinturón de seguridad, me di cuenta de que esta persona se estaba inclinando hacia la salida de emergencia”.

Se refirió también a la apariencia del hombre que inició todo el caos en el vuelo, diciendo: “Desde el momento en que subió al avión parecía pálido y transmitía malas vibraciones. Parecía algo sombrío, constantemente inquieto, mirando a la gente a su alrededor y actuando de forma extraña”.

Por último, Yoon-jun se sintió agradecido con la vida por otra oportunidad recibida al expresar: “Me siento como si hubiera vuelto a nacer, intento divertirme más y vivir de forma más interesante. Lo estoy disfrutando”, y precisar: “De repente me convertí en una celebridad temporal. Siempre que estoy con mis amigos, me refiero a mí mismo en broma como una celebridad”.

A pesar de que la aerolínea no se ha comunicado con él u otro pasajero, la empresa Airbus, el fabricante del avión, ha especificado que: “Estamos investigando las circunstancias de este incidente. Normalmente, las puertas de los aviones solo pueden abrirse al aterrizar”.

Las investigaciones continúan su curso para definir las causas, las consecuencias y los culpables de esta situación en un vuelo que debería haber sido un trayecto tranquilo, de menos de una hora, entre las ciudades de Jeju y Daegu.