El misterio que ha atormentado a los investigadores italianos por 35 años dio un dramático giro esta semana. La familia de Emanuela Orlandi, una joven de 15 años que desapareció en 1983, está presionando a la Fiscalía italiana y al Vaticano para conocer más detalles sobre los huesos humanos encontrados cerca de la embajada de la Santa Sede en Roma. No es para menos, la desaparición de Orlandi ha sido una de las investigaciones más misteriosas en las que ha estado involucrado el Vaticano, que reconoció que fragmentos de huesos humanos se encontraron esta semana durante la renovación de una sala anexa a la embajada. De inmediato, la Fiscalía movilizó a expertos forenses italianos para determinar la edad y el sexo del cuerpo y la fecha de la muerte. "Durante los trabajos de restauración de un espacio anexo a la Nunciatura Apostólica en Italia [la embajada del Vaticano] se hallaron fragmentos de huesos humanos", anunció el Vaticano en un comunicado, que no mencionó a Orlandi, la hija de un empleado del Vaticano, pero que despertó de inmediato especulaciones sobre si podrían ser los restos de la joven. Incluso, recientes versiones de medios italianos indican que podría tratarse no solamente de los restos de Orlandi, sino también de los de otra menor desaparecida el mismo año en circunstancias también desconocidas. Puede interesarle: “El papa Francisco es maquiavélico y mentiroso”: cardenal anónimo Las desapariciones A partir del descubrimiento, que según varios medios, ocurrió el lunes, los investigadores se fijarán especialmente en si el ADN coincide con el de Emanuela Orlandi o el de Mirella Gregori, dos menores que desaparecieron en Roma en 1983 por separado. Emanuela Orlandi era hija de un miembro de la policía vaticana y fue vista por última vez el 22 de junio de 1983 al salir de una clase de música. A lo largo de los años, su caso ha sido vinculado a toda clase de eventos, desde el complot para matar a Juan Pablo II hasta el escándalo financiero del Banco Vaticano, pasando por el bajo mundo de Roma. Según algunas teorías, la adolescente fue secuestrada por una banda criminal para presionar a responsables del Vaticano para recuperar un préstamo. Otros afirman que habría sido secuestrada para lograr la liberación de Mehmet Ali Agca, el turco que intentó asesinar al papa Juan Pablo II en 1981. Su hermano Petro, quien lidera desde hace décadas una campaña para descubrir qué le ocurrió, denuncia el silencio del Vaticano e incluso su complicidad en este caso. El Vaticano ha dicho en varias ocasiones que coopera con la policía italiana para resolverlo. El último gran giro en el misterioso caso se dio en 2012, cuando la policía forense exhumó el cadáver de un conocido mafioso con la esperanza de hallar también restos de Orlandi. La búsqueda no rindió frutos. El año pasado, un periodista italiano generó sensación cuando publicó un documento de cinco páginas que había sido robado de un gabinete del Vaticano y que insinuaba que la Santa Sede había estado involucrada en la desaparición de Orlandi. El Vaticano calificó rápidamente el documento de falso, pero nunca explicó qué estaba haciendo en el gabinete. El documento supuestamente fue escrito por un cardenal y enlistaba supuestos gastos para la manutención de Orlandi después de que desapareció. Le recomendamos: Así fue el ‘milagro‘ de monseñor Romero, el primer santo salvadoreño La otra menor, Mirella Gregori, desapareció exactamente 40 días antes que Orlandi. Según su madre, respondió al citófono y dijo que era un amigo de la escuela y que iba a bajar a hablar con él un momento. Nunca regresó. Los investigadores no descartan que los casos puedan estar conectados. Con información de AFP y AP ...