En un comunicado, el jefe del servicio de prensa de Hamás, Salama Maruf, afirmó que “La Unrwa y sus dirigentes son responsables de esta catástrofe humanitaria”. Según Maruf, desde el inicio de la ocupación israelí, la Unrwa se habría sometido a las demandas de Israel, abandonando sus posiciones y renunciando a su responsabilidad hacia cientos de miles de habitantes del norte de Gaza.
Maruf también alegó que la Unrwa dejó a la población palestina en una situación desesperada, sin hogar, agua, comida o atención médica, y acusó a la agencia de ignorar los llamados de auxilio y las expresiones de sufrimiento de la población afectada.
El portavoz de Hamás fue enfático al expresar su opinión de que la falta de acción por parte de la Unrwa y sus funcionarios no era simplemente un pasivo abandono de responsabilidad, sino una colaboración evidente con los supuestos planes de la ocupación israelí para imponer un desplazamiento forzado de la población palestina. Este señalamiento resalta la gravedad de la situación y la percepción de que la agencia de la ONU no ha estado cumpliendo su papel de proteger y asistir a los refugiados palestinos en un momento de crisis.
Hasta el momento, la Unrwa ha permanecido en silencio, sin emitir una respuesta oficial a las acusaciones planteadas por Hamás. La ausencia de una declaración por parte de la agencia deja abierta la interrogante sobre su posición en medio de este conflicto en curso y su capacidad para hacer frente a las necesidades humanitarias en la región.
La génesis de esta crisis se remonta a los primeros días del conflicto, que estalló el 7 de octubre, cuando las autoridades israelíes instaron a la población del norte de la Franja de Gaza a desplazarse hacia el sur del territorio palestino como medida de seguridad.
Según datos proporcionados por las Naciones Unidas, desde que se desató el conflicto, aproximadamente 1,5 millones de los 2,4 millones de habitantes de la Franja de Gaza se vieron obligados a abandonar sus hogares en busca de refugio y protección en un entorno de creciente peligro y agitación. Este éxodo masivo ha dejado una marca indeleble en la población palestina y ha elevado las preocupaciones humanitarias a niveles críticos en la región.
La Unrwa, o la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos, desempeña un papel de suma importancia al proporcionar servicios esenciales a una vasta población de refugiados en diversas regiones, abarcando la Franja de Gaza, Cisjordania, Jordania, Líbano y Siria.
Su ámbito de acción se extiende por diversas áreas fundamentales, como la educación, el cuidado de la salud, la asistencia social, programas de micro financiamiento, la mejora de las condiciones en los campamentos de refugiados y la prestación de ayuda de emergencia en momentos críticos.
No obstante, afronta retos significativos a raíz de la envergadura del conflicto actual, lo que la ha llevado a reconocer que su capacidad para brindar asistencia adecuada a miles de personas desplazadas se ha visto seriamente mermada. Esto incluye a aquellos que buscan refugio en las escuelas gestionadas por la Unrwa en el norte de la Franja de Gaza, quienes enfrentan condiciones extremadamente precarias y carencias de recursos básicos.
Lo que agrega un impacto desgarrador a esta situación es la pérdida de vidas humanas entre el personal de la Unrwa. Trágicamente, hasta el momento, 89 de sus empleados han perdido la vida en el enclave bajo el control de Hamás.
Esta cifra dramática subraya la peligrosidad y las difíciles circunstancias en las que la agencia está operando para tratar de mitigar el sufrimiento de los refugiados palestinos en medio de este conflicto devastador.
*Con información de AFP.