Nicolás Maduro y sus representantes tienen los ojos de varios países encima que, como se sabe, reconocen a Juan Guaidó como el único presidente de Venezuela. Esto ocurre porque desde este viernes arrancan oficialmente en México las negociaciones y diálogos entre la oposición y el mandatario venezolano.
Mientras tanto, el Gobierno de Estados Unidos sigue muy de cerca este diálogo y desde ya pidió una negociación “sincera”, a lo que Maduro ha respondido que no “cederá” a ninguna presión o “chantaje”.
“Venezuela va al diálogo de México (...) de manera autónoma e independiente y no se somete a chantajes ni amenazas del gobierno de Estados Unidos. ¡No nos sometemos a chantajes de ningún tipo!”, expresó el mandatario en la televisión estatal en la víspera de la primera reunión de este nuevo proceso mediado por Noruega.
Por su parte, el canciller Jorge Arreaza arremetió nuevamente contra la Casa Blanca por su “intromisión” en los asuntos de Venezuela. “La arrogancia de Washington es estructural, no importa quién esté en la Casa Blanca. Los asuntos internos de Venezuela son soberanos. No nos interesan sus opiniones. Las sanciones son sencillamente ilegales y criminales. No aceptamos chantajes de nadie. Mind your own business!”, señaló.
Sin embargo, Washington, que no reconoce a Maduro sino al líder opositor Juan Guaidó como presidente encargado, se muestra dispuesto a aliviar las sanciones que impuso al gobierno de Maduro si la negociación avanza hacia elecciones libres.
“Hemos sido claros en que el régimen de Maduro puede crear un camino hacia el alivio de las sanciones permitiendo a los venezolanos participar en elecciones presidenciales, parlamentarias y locales libres y justas que deberían haberse celebrado hace tiempo”, dijo el portavoz del Departamento de Estado, Ned Price.
Hacerlo “requiere que el régimen de Maduro participe en discusiones sinceras con la oposición - liderada, por supuesto, por el presidente interino Juan Guaidó - que resulten en una solución negociada integral a la crisis venezolana”, dijo.
Guaidó hace un llamado a la unidad
El dirigente opositor venezolano y presidente interino aseguró que hay “unidad” entre los distintos movimientos que conforman la oposición de cara al proceso de diálogo que se ultima con Maduro.
Guaidó, que ha prometido que “en ningún momento” está dispuesto a “ceder a presiones de una dictadura”, abogó por “construir consensos”, precisamente unos días después de que el también opositor Henrique Capriles se desmarcase de la línea oficial para abogar por participar en las elecciones locales y regionales del 21 de noviembre.
El presidente de la Asamblea Nacional elegida en 2015 admitió que puede no haber “unanimidad”, pero cree que la oposición llega a México con objetivos comunes. “Hemos reunido a la unidad entera nuevamente”, dijo en aparente alusión a acuerdos recientes como la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), una alianza de partidos que logró éxitos electorales sin precedentes recientes.
“Puedo decir hoy que hay unidad en Venezuela respaldando la posibilidad de una solución a través de un acuerdo integral en este momento”, durante un acto público en Caracas en el que ha insistido en que es “una herramienta fundamental” para encarar este nuevo proceso, aún por elaborar en detalle.
“Esclavos” de EEUU
Mientras en México se prepara la oposición para celebrar una reunión previa que antecede a una semana de trabajo que arranca el 30 de agosto, considerada el inicio formal de la negociación, Maduro no deja de lanzar pullas contra los opositores.
“Vamos a dialogar con la oposición pitiyanqui, proyanqui, con los esclavos del gobierno de Estados Unidos vamos a dialogar. Hay que dialogar hasta con el diablo. ¡Claro que vamos a dialogar con el diablo! Vamos con la cruz, con el agua bendita”, ironizó Maduro.
Maduro pidió reconocimiento y el levantamiento de todas las sanciones internacionales, mientras que la delegación de Guaidó pide condiciones electorales y un cronograma que incluya comicios presidenciales, además de la liberación de presos políticos.
*Con agencias