La primera sonda lunar de Corea del Sur, Danuri, permitió conocer increíbles imágenes en blanco y negro de la superficie lunar y también de la Tierra, según confirmó el centro espacial del país asiático. Danuri despegó hace cinco meses de suelo estadounidense a bordo de un cohete de SpaceX y se insertó en órbita lunar en diciembre. Esto, luego de un vuelo que buscaba ahorrar combustible.
Estas fotografías, captadas entre el 24 de diciembre y el 1 de enero de este año, se tomaron a menos de 120 kilómetros de la superficie del satélite, de acuerdo con un comunicado del Instituto Coreano de Investigaciones Aeroespaciales (KARI). Las fotos y videos serán “utilizados para seleccionar los sitios susceptibles de acoger un alunizaje en 2032″, detalló.
El orbitador comenzará su misión científica en febrero, durante el cual cartografiará y analizará la superficie lunar, y realizará mediciones de la fuerza magnética, así como de los rayos gamma. También probará el “internet espacial”, una tecnología experimental que permitirá conocer nuevo material de nuestro planeta.
Corea del Sur ha presentado planes “ambiciosos” sobre el universo, entre los que se destaca el aterrizaje de una nave espacial para 2032 y el envío a Marte de un avión de aterrizaje con la vista puesta en 2045. El presidente, Yoon Suk Yeol, celebró hace algunas semanas las hazañas de Danuri, y se refirió a un “momento histórico” en la historia del programa espacial de la nación.
La Tierra, en su máxima velocidad
Entre tanto este miércoles –4 de enero– se constituye en uno de los primeros días icónicos de 2023, pues será una jornada en que la Tierra se situará en el perihelio, es decir la mayor proximidad al Sol en su órbita anual. Lo anterior lleva a acelerar la máxima velocidad, en comparación con el promedio, aproximadamente 3.420 kilómetros por hora.
El planeta gira alrededor de esa estrella, en una órbita elíptica de 930 millones de kilómetros, a una velocidad media de 107.280 kilómetros por hora, de manera que la distancia se recorre exactamente en 365 días y 6 horas; es por ello que cada cuatro años tiene lugar uno bisiesto (un día adicional).
Sobre la razón por la que la velocidad de traslación cambia, científicos apelan a la ley de Kepler para explicar que esta incrementa hasta alcanzar su mayor punto cuando el planeta está en su menor distancia al sol con 110.700 kilómetros por hora. Por su parte, disminuye hasta lo más bajo en el afelio (lapso de mayor distancia), con 103.536 kilómetros por hora, más de 7.000 de diferencia.
Según Earth and Sky, el perihelio de este año se producirá este miércoles sobre las 9:00 p.m. (hora Colombia), con una distancia un poco superior a los 147 millones de kilómetros. En contraposición, el afelio de 2023 se generará el 6 de julio, a unos 5 millones de kilómetros de distancia más.
De esta manera, la velocidad orbital de un cuerpo celeste será inferior, a mayor distancia del Sol, y a proximidades menores será mayor. La distancia media del Sol es generalmente de 150 millones de kilómetros. En el afelio se sitúa sobre los 152,09 millones de kilómetros y en el perihelio cae a 147,10 millones de kilómetros de distancia.
¿Humedad en agua potable?
La revista Nature recopiló los resultados de un análisis hecho por estadounidenses que da cuenta sobre la posibilidad de capturar humedad del océano para convertirla en agua potable. Todo a través de un sistema pensado en las consecuencias ya perceptibles por la crisis ambiental.
“Vamos a tener que hallar una forma de aumentar la oferta de agua dulce, porque la conservación y el reciclaje del agua de fuentes existentes, aunque son esenciales, no serán suficientes para responder a las necesidades humanas (...). Pensamos que nuestra propuesta puede lograrlo a gran escala”, dijo Praveen Kumar, profesor de la universidad de Illinois en Urbana-Champaign (UIUC), uno de los pioneros del estudio, que se divulgó el 6 de diciembre pasado.
El proceso consiste en aprovechar el aire saturado del líquido, mediante estructuras de extracción, de manera que se pueda condensar y transportar por medio de tuberías hasta depósitos establecidos para ello. Se trata de una iniciativa que busca enfrentar el cambio climático y evitar que la humedad se disipe simplemente en la atmósfera.
En relación con la desalinización tradicional, los investigadores destacan que el sistema a emplear tiene la ventaja de que ,al evaporarse y convertirse en gas, el agua del océano quedaría sin su sal “natural” casi por completo. Lo anterior, lo intentan explicar al comparar el agua de lluvia y el hecho de que no sea salada.
“Una ‘superficie de captura vertical’ de 210 metros de ancho y 100 de alto podría suministrar un volumen suficiente de humedad extraíble para las necesidades diarias en agua potable de aproximadamente 500.000 personas”.
*Con información de Europa Press y AFP.