Este lunes 19 de junio las Naciones Unidas (ONU) dieron luz verde al primer tratado para proteger la altamar, mediante un acuerdo que busca cuidar la salud y continuidad de los océanos. “El acuerdo ha sido adoptado”, declaró la presidenta de la conferencia, Rena Lee.
“El océano es la fuerza vital de nuestro planeta. Hoy, le han insuflado una nueva vida y una nueva esperanza para que tenga una posibilidad de luchar”, dijo por su parte el secretario general del organismo internacional, António Guterres, que lo calificó como un “logro histórico”, pero insistió en que la tarea “todavía no ha concluido”.
Según el canciller de Chile, Alberto van Klaveren, el texto es “esencial para la gobernanza oceánica, basada en la justicia y la inclusión”. Otros países como Venezuela aseguraron que se trataba de una “victoria para los países y los pueblos del sur”.
Previamente en su cuenta de Twitter había manifestado que se iba “a ratificar lo que muy bien señala la expresidenta (Michelle Bachelet) en su columna: la vocación oceánica de Chile y nuestro esfuerzo por la protección de altamar. Este lunes adoptaremos el compromiso de conservación a la biodiversidad conocido como BBNJ”.
México lo describió como un “compromiso por el estado de derecho internacional”. Pese a la adopción, Rusia mantuvo ciertas “distancias” al tildar algunas partes del documento como de “totalmente inaceptables”.
El diplomático cubano, Yuri Gala López, destacó la “batalla” que libraron las naciones del sur para incluir puntos ‘elementales‘ en el acuerdo, finalizado en marzo, después de más de 15 años de negociaciones. Este fija un marco legal para extender las franjas de protecciones ambientales hacia aguas internacionales, que abarcan más del 60 % de los océanos a nivel global.
La importancia de la vida marítima
Los océanos generan buena parte del oxígeno que necesita el ser humano (cerca del 70 %), limitan el cambio climático absorbiendo dióxido de carbono (CO2) y también albergan amplias áreas de biodiversidad hasta en niveles microscópicos.
“Océanos sanos, desde aguas costeras hasta áreas de fondos marinos profundos y la altamar remota son parte integral de la salud, el bienestar y la sobrevivencia humana”, defendieron científicos en la publicación The Lancet.
Aunque la altamar abarca cerca de la mitad del planeta, en esta no han solido centrarse las luchas medioambientales, que pusieron su lupa en las zonas costeras y en algunas especies emblemáticas. En ese sentido, una herramienta clave será la capacidad de crear áreas marinas protegidas en aguas internacionales.
Otros puntos del tratado
Actualmente, solo alrededor del 1 % de la altamar está protegida por alguna clase de medida de conservación. El documento adoptado resulta clave para que los países protejan el 30 % de la tierra y los océanos con miras al año 2030.
El nombre oficial del texto es “Biodiversidad más allá de la Jurisdicción Nacional” y; adicionalmente, establece requisitos para llevar a cabo estudios de impacto medioambiental sobre actividades que involucren aguas internacionales.
El tratado establece también los principios para compartir los beneficios de los recursos marinos genéticos, obtenidos en expediciones e investigaciones en aguas internacionales, un punto que casi hace fracasar las negociaciones de último minuto hace tres meses.
Los países en desarrollo lucharon para no verse privados de su parte de estas ventajas que muchos ven como un ‘gran’ mercado a futuro, en especial en la búsqueda de “moléculas milagrosas” por parte de compañías farmacéuticas y cosméticas.
Tras su adopción formal, ahora lo que sigue estará en manos de aquellos territorios que podrán firmarlo y ratificarlo a partir del 20 de septiembre. Para su entrada en vigor son necesarias 60 ratificaciones.
*Con información de AFP.