En los últimos días ha circulado una noticia que le está dando la vuelta a la región, pues se trata de un hombre llamado Pablo Campos, quien celebró con globos y gran alegría que había firmado su divorcio, luego de tres años de pleito con su exesposa.
“Es un proceso de divorcio que llevó más de tres años y medio, en donde se complicó mucho la comunicación. Cuando estaba firmándolo fue una sensación de desahogo tan grande”, manifestó el hombre al medio local CRHoy.com.
El sujeto confesó que para él fue como “liberar una carga de todos estos años que me estaba matando, me estaba deteriorando la salud, fue muy agotador. Mi intención fue liberarme y decirle a la gente ‘ya, aquí mundo’”.
Campos firmó el documento y luego de ello dio cumplimiento a su promesa de visitar la Basílica de Nuestra Señora de los Ángeles; posterior a ello, visitó el cementerio en donde yace el cuerpo de su madre, en Cartago, una ciudad de Costa Rica.
Asimismo, manifestó que cuando circulaba por las vías de su ciudad, varios conductores le pitaban y también se alegraban con él, todos estaban emocionados con la buena noticia.
“La reacción que ha habido es increíble, no tiene idea de cómo hay gente escribiéndome y pidiendo que ojalá pueda hablar con sus hijos que están en el mismo proceso para decirles que no se rindan, en algún momento todo pasa y se va a solucionar”, expresó.
Pablo y su exesposa tuvieron hijos, como cualquier familia, pero el proceso de divorcio fue doloroso para todos: “Desde el inicio siempre la intención fue que mis hijos salieran beneficiados, ese es el principal logro. Pasé de poder verlos dos fines de semana al mes, a poder tenerlos ahora un día entre semana, período de vacaciones y otros”.
“Este miércoles es mi cumpleaños y ese va a poder ser mi mayor regalo, porque calza con la visita de ellos, de todos los miércoles. Por eso firmarlo fue una sensación de desahogo y liberar una carga que me tenía en depresión”, aseguró el hombre al medio local citado.
“Nunca he sido un padre que los ha tenido abandonados, pero el principal logro es que ya los voy a poder tener más tiempo conmigo y no poder verlos solo dos fines de semana”, agregó.
Continuó diciendo que “en estos tres años hubo de todo, ataques de ansiedad, depresiones fuertes, cansancio [...] Cuando estaba firmando fue una sensación grande, fue liberar una carga que me estaba matando, porque era muy agotador”.
De otro lado, al hombre le impusieron una ‘pensión’, es decir, un rubro que debía pagar: “Por más que yo presenté papeles, reales, en donde la lectura que se hacía era que mi salario, si me rebajaban ese monto, era negativo, igualmente me lo aplicaron (la rebaja), entonces con el rebajo de las cargas sociales y todo lo demás al final quedé en menos 50 mil colones” [cerca de 400 mil pesos colombianos].
En ese sentido, Pablo manifestó que tuvo que conseguir otro empleo para los fines de semana y poder pagar la ‘pensión’ que con la que debía cumplir. A su vez, trabajaba en cada espacio que tenía libre después del trabajo tradicional para poder pagar la cuenta. Hay que decir que en Costa Rica el salario mínimo es de $541 colones.